domingo, 4 de septiembre de 2022

Volver

Bueno. Luego de muchos años logré acceder nuevamente a esta bitácora hermosa que me vió crecer. Hay tanto poema, tanto microrrelato, tantas faltas de ortografía. Hay tanto del "ya" tanto del "escribir y publicar" Las ansias del habla eran muchas, fue mi espacio de aire y oxígeno. 

Estoy haciendo un suave viaje a los inicios de mi vida, un "volver al centro" a la esencial. Siempre lo fueron las letras. Por años no escribí. Demasiada intensidad, demasiado de todo. Escribía al vivir. Ahora tocó poner en palabras nuevamente. No puedo escapar de las letras. No quiero hacerlo. 

¡Ay! qué lindo se siente escribir de nuevo acá, en este blog y en ningún otro. Lo hice carne. Voy a hacerle modificaciones. Quizá. Estoy pensando en voz alta. 

Bueno, qué lindo volver a donde uno fue feliz.

Un beso tan grande como esta alegría de volver.

Mica.

miércoles, 8 de junio de 2016

Kisher pari im Hayastan

Se abre el universo, ante la mirada inquietante. Tan dulce desde sus profundas raíces, nos invita sin timidez a recorrer sus pasos antiguos, cargados de nostalgia, mientras contemplamos tierras que nos llaman desde un puente cercando, al otro lados de la frontera, donde ella nos invita a dar el salto y no podemos darlo. La madre tierra, enamorada, ansía la música que nos mueve, y que mejor que nosotros para abrazarla entrañablemente. Hay quienes sonríen desde el cielo infinito que parece ser el mismo en cualquier lugar de este mundo, pero allí, teñido de tres colores, nos andan esperando para besarle los pies y sanar todo lo que nos dejaron nuestros antepasados. Orgullosos. Pronto, pronto.

Nuné

sábado, 4 de junio de 2016

Memorias de Florencio (4)

-          - Hablemos de revolución – propuso, y me quede sentadita, quieta frente a él lleno de sabiduría, exquisita seducción de sus años aquellos, profesor del saber, un poco soberbio en su más íntima fibra, pero tan humilde como las hojas que se dejan ir en el otoño y le dan paso a nuevas constelaciones.
Acomodé la manta sobre mis hombros, relajados, me rasque la punta de la nariz mirando por la ventana, lluvia tupida, helada. Hace tiempo y frío esperaba este momento. Sostuve entre mis manos para calentarlas el té que me sirvió. Luego, acomodándose en el sillón con sus grandes anteojos de aires malabares y desconcierto del amor me sonrió dulcemente, tosió para acomodarse la voz, siempre le dije que amaba su acento porteño tan afrancesado, sin embargo él discutía que las lenguas madres se vuelven otras, se mezclan y unen hasta que finalmente, en el último suspiro antes de la tan ansiada muerte, nos damos cuenta verdaderamente, de donde somos. Por nuestra forma de hablar.
Comenzó…
-          Si, la revolución. Es una recortada ruta rememorando siempre la riquísima re acumulación de lo que los pueblos han querido lograr para liberarse de repudiantes seres que en reiteradas ocasiones acercan el hocico a la patria libre de ataduras dictadas por renombrados dictadores. Pero la revolución es más que eso. Aprenderemos a ver la revolución como su palabra lo indica.
Re – super, muy
Vo – Volumen, voluminoso, voltereta
Lu – luz, luciérnaga, lucidez, lumínico
Ción – (demasiadas cosas juntas)
La revolución es el ron en Cuba, haciéndole el amor a las dictaduras que nunca dejar de estar, es la vida misma expresándose con las alas llenas de luz, aparecen en instantes sublimes donde las voces se escuchan de alguna forma. Subimos el volumen de todo lo existente a defender, creamos con ello el camino ansiado a la superación y liberación plexoriana, palabra inventada por mí, claro quería ¿Sabes lo que es el plexo solar? Ya hablaremos de eso.
Nacemos luciérnagas pero las banalizaciones nos dejan a un lado. Viendo solamente un Paris hermoso, inundado, donde la poética come la ética y no pensamos en el sufrimiento sino en el lujoso sentimiento de estar encerrados en una habitación dando a Eiffel que nos mira con recelo, cansado de tantas adulaciones. Un deseo absolutamente fantástico que no roza nuestra realidad. Porque allá se viva, acá se anda soñando siempre y acariciamos sin asco. La revolución se muestra inminente ante el desgarro de lo inhumano que podemos llegar a ser. Entonces, en Buenos Aires, nos miramos al espejo y nos recriminamos lo malvado del sentir.
Si tenes suerte, la revolución toca tu puerta y te deja desnuda, llena de tatuajes y experiencias. Ojala vos tengas toda esa revolución que esperas querida. Mi pequeña aprendiz.
Pero voy a darte eso que queres oír, más allá de esto. Porque la revolución también se vale por si sola teniendo vida propia, hasta un departamento a su nombre asomándose por Olazábal tiene, bebiendo café en la esquina los días de lluvia donde, dicen, es mejor usar gafas de sol, no vaya a ser que un arcoíris nos deslumbre la realidad.

La revolución es un cambio total de paradigmas donde no hay espacio para mentiras. Por supuesto que hablo de la verdadera, no de la falsa. Si, en tus ojos veo la pregunta. No hace falta que gastes ahora tu dulce voz, te leo. Querida, la revolución toca desde lo más profundo, ni las hojas que escribiste durante años entienden mejor el manojo de despiadados que han querido morder hasta la sangre tu cuello inundado de perfumes y dolor de garganta por tantas palabras no dichas. Quizá, ahora que lo pienso digo…París, así, tan cansadora eterna, ¿no estará inundada porque se cansó del silencio y comenzó a llorar, sin dar abasto sus pañuelos aduladores? Quizá. O puede que estén besándola tanto, que la emoción hace que seamos inhumanos y poeticemos la ética de ser tan balcón y puente sin darnos cuenta que afuera sigue lloviendo, hace tiempo, y frío.

Nuné

martes, 31 de mayo de 2016

Memorias de Florencio (3)

De a momentos, me dan ganas de tomarme el día. Tomarme el día no solo de mis actividades, esas responsabilidades que van uniendo la vida con momentos de placer y un poco de madrugada que pasa entre mate y mate susurrándome un escritor al oído, como es la respiración de la yerba y me dejo ir en su voz sutil, afrancesada, una seducción que traspasa el tiempo. De a momentos, si, ganas de tomarme el día. Salís de este cuerpo tan sociedad, tierra, aire, experiencia, dolor, silueta y caricias. De a momentos, tomarme el día y dormir en ellas, en las palabras.
Levantarme de madrugada, pronunciar con soberana libertad lo que quiera decir, describir sus tildes y una coma que me separa del mate lleno de predicado que me conduce inevitablemente al sujeto que roza la silueta que formo suavemente con la boca. Un S por ahí, una C que me delata y me besa apasionadamente, una N relativamente exquisita y así me llaman. Una M tan nombre propio y tan puente de a ratos. Una libertad soberana de vivir en la poesía, de hacer el amor ahí misma, sobre los papeles en los que te escribo y sucumbir en sus miles de tipografías, volviéndome así solo un elemento más de mis deseos. Solo un instrumento de ello. De a momentos, tomarme el día y ganas de vivir escribiendo.

Nada más.

Nuné

jueves, 26 de mayo de 2016

Memorias de Florencio (3)

Justo ahora. El preciso instante en el que me rozas la nuca con tus labios. Escalofrío. Me quedo quieta y entrecierro los ojos. Terciopelo. Una mano suave, se desliza por mi columna acariciando cada poro de la piel que me delata. Dulzura. Palabras al oído, sonrió y te beso suavemente. Quizá, más atrevida de lo que debería. Te dejas. Descubro un placer distinto al cotidiano que imaginaba y me quedo acurrucada en tu pecho. Protección. Se entrecorta el aire y suspiramos. Respiración. 

Quiero escribirte la piel, llenarte de poesía. Acariciarte al ritmo de la música que suena de fondo, mezclarme con tu aroma y dejar de ser otra para ser también parte.
De vos.

Nuné