jueves, 29 de septiembre de 2011

Cortinas de agua


Gotitas inquebrantables, final algunas, de panza pesadas otras, caen sobre el asfalto, lo mojan y dejan su marca de café en él.
El cielo truena como pocas veces, se digna a gritar y las nubes cubren a Buenos Aires en vientos inestables y calurosos que nos agobian y nuestros parpados caen.
El paraguas rojo que me decora al caminar hace que la lluvia no pegue la ropa a mi cuerpo y me empape. Pero mis pies con sus botas andan alegres y mis ojos admiran el paisaje urbano que queda sin cabezas ya que fueron reemplazadas por paraguas, algunos diarios a veces, o alguna cartera rebelde que no cubre por completo, pero ayuda…a que al menos el maquillaje no se te corra. Generalmente abundan paraguas negros, lo cual deprime al día agregando que el sol no brilla en todo su esplendor y el cielo esta prácticamente blanco.
Y mientras camino con mi adorno rojo cubriéndome sonrío, por sonreír. Porque a la vida se la debe mirar con los ojos achinaditos mientras se muestran los dientes tras una carcajada pasajera como la misma lluvia que se propaga desde una nube que me cubre.
By: Micaela