martes, 19 de abril de 2011

Universo de pequeñas cosas.

Me quito de encima toda mi ropa, mi bolso, mis aros, todo. Me consuela un vestido azul en mi ropero y me lo visto vistiéndome otra vez, con una liviandad que solo esa prenda me puede dar.

Mi cama, me espera fiel en su lugar, mis libros al lado. Me tientan a estar todo el día en ellos, los miro y tengo otras mil cosas más para hacer.

Pero me tomo momentos como estos para entrar en mi mundo y en mis obsesión del arte y mis sensaciones. Y me vuelvo a sentir verdaderamente yo.

Tengo tantos tesoros en mi vida, que jamás podría sentirme sola. Ni por esas almas que están siempre a mi lado, ni por todos los objetos preciados que tengo.

Miro, miro mi mundo una vez más, y sonrío. Me sienta bien sentarme a escribir y compartir con vos, querido/a lector/ra una parte de todo lo que circularmente me rodea.

M♪camelí.

Espacio.

Mi querida Buenos Aires. Me gusta respirar tu aire un sábado por la tarde, me gusta caminarte y conocerte. Buenos Aires, me gusta ver a tu gente feliz, los negocios abiertos los amores que se aman. Buenos Aires, me gusta que te reveles y no te escondas tras tu obelisco, que inmenso así como lo ves, él también tiene sus miedos. Buenos Aires, me gusta reírme con vos, mirar desde la ventana de un bar las almas y los cuerpos pasar, unos con otros que se rozan pero no se tocan, se ven, pero no se observan, me gusta sentarme en un café a escribir tu melancolía que es mía y la de mi alma.

Me gusta viajarte en un colectivo y mirar la rutina del paisaje, o tomar otro rumbo y cambiar el aire de mis ojos para que aprecie otra parte de vos. Buenos Aires, me gustan tus días de sol, tus noches de lluvia. Me gustaría más días de lluvia con un cielo de arco iris y que tus gotas tiñan de color todo lo visible y saque sonrisas a los que cuando llueve solo dicen: uh llueve.

Buenos Aires, mi querida compañera, me gusta cuando leo “Universidad”, tiene todo el prestigio del estudio, toda la esencia del futuro. Me gustan esas ferias tan artesanales, tus libros en la calle, un cantante en medio de la avenida, la guitarra de un bohemio, las pinturas de un artista, la bola de cristal, las cartas de una bruja que te mira acechándote pidiéndote que le des la mano para que te lea el futuro.

Ay!, mi Buenos Aires. Se me da por caminar por tus calles y suspirar. Se me da por inspirarme con tu poesía, tu arte, tu agonía, tu música, tu tango, tus amores, los bares. Mi Buenos Aires, no me quedas chica, y eso que todavía tanto me falta conocer del exterior, de afuera, eso desconocido.

Se me da por sentirme parte del aire pensando en si algún día me regalarás para toda la vida un amor que me tome por sorpresa de atrás y me sujete las manos para llevarme a volar. Y ahí, mi Buenos Aires, te diré adiós por un tiempo, te mandare postales desde donde este, tu mundo, el mío. Mi universo de sensaciones.

M♪camelí.