martes, 9 de octubre de 2012

Diario de la lejana (19)

Allí te das cuenta que es demasiado gratis soñar...

Dulcinea la miraba con ojos tristes, pero la lejana se negaba a bajar la cabeza. La persuasión era la suyo, por eso la admiro. Aunque no siempre funciona.
Dulcinea le preparó te inglés mientras se sonaba la nariz, pero la lejana le seguía exigiendo con sus ojos penetrantes que saque toda la euforia innecesaria. La nueva era no podría tocar a su puerta si ella  guardaba pelusas del pasado.
Dulcinea se había dejado vencer por el miedo y ahora era más fuerte, ya no tenia miedo. La lejana le sonreía y la felicitaba como un sapito contento que salta de mano en mano y vuelve alegre al agua. Dulcinea estaba con sueño y la lejana lo comprendió. La abrazó como buena compañera, le guiño un ojo y la calmo con palabras que solo ella maneja a la perfección.
La lejana sabe curar los males del corazón.

By: Nuné Halacyan