viernes, 29 de abril de 2011

Alas.

Lyon, 1940. Francia se teñia de un día soleado y dorado por los pétalos de flores que inundaban el aire. El amor se sentía en su corazón, pero la guerra iba más allá de todo. La gente sentía el palpitar de sus corazones más rápidos que muchas veces. Noticias de bombardeos, muerte y dolor. La guerra no cesaba.

En un pequeño edificio la dama rubia con ojos celestes, hablaba por teléfono. Llevaba un conjunto marrón y beige. Debajo de su suéter una camiseta blanca.

Era frágil, y bella. Graciosa y hermosa. Inteligente y divertida. Su ventana no tenia balcón, pero en frente de su edificio flores de colores, macetas hermosas desde ese edificio tan rococó, tan de la época. Tan hermosas flores, mis favoritas.

Sus muebles encajaban con el tono del color rosa y rojo. Su cortina bordo caía pesada y se tomaba de ambos extremos del medio y se juntaban al otro lado de la ventana.

-Bonjour mon amour

-Princess bonjour cher, comment êtes-vous?

-beaucoup mieux depuis que je l'écoute à votre voix.

-Et je suis aussi heureux d'entendre. Et décider de la date du mariage?

-parmi lesquels nous avions choisi cette date semble la plus appropriée, au momentde la saison, et d'avoir le temps de faire le moindre détail. Vous aimez correct de mavie?

-Parfait, je pense que l'idéal. Je ne peux pas attendre pour vous d'être ma femme. Jet'aime tellement.

-et tu es à moi complètement, avec mon âme, je t'aime ma chérie…

De repente se ve a ella misma hablando por teléfono y mirando el balcón, como era eso posible?, va contra las leyes físicas flotar y ver desde tu ventana a uno mismo.

Y es posible que mi alma no haya reconocido que algo malo había pasado, que ya no estaba viva, ni el amor de mi vida.

Cuando miró al cielo, un avión comienzó a bombardear todo lo que iba a su paso. Mi edificio entro en esa lista. Sin salida ni espera. Todo se derrumbo, explosiones por doquier, y ese edificio, el mio, conmigo. También. Su corazón correspondido, sin elección, entro en la lista de ese día. Su amor. Ese amor.

Alemania invadía Francia, habían llegado. Y jamás sospechamos que todo esto pasaría.

-M♪caelím.

miércoles, 27 de abril de 2011

Rayuela.

"Siempre que viene el tiempo fresco, o sea al medio del otonio, a mí me da la loca de pensar ideas de tipo eséntrico y esótico, como ser por egenplo que me gustaría venirme golondrina para agarrar y volar a los paíx adonde haiga calor, o ser hormiga para meterme bien adentro de una curva y comer los productos guardados en el verano o de ser una víbora como las del solojicO, que las tienen bien guardadas en una jaula de vidrio con calefación para que no se queden duras de frío, que es lo que les pasa a los pobres seres humanos que no pueden comprarse ropa con lo cara questá, ni pueden calentarse por la falta del querosén, la falta del carbón, la falta de plata, porque cuando uno anda con biyuya ensima puede entrar a cualquier boliche y mandarse una buena grapa que hay que ver lo que calienta, aunque no conbiene abusar, porque del abuso entra el visio y del visio la dejeneradés tanto del cuerpo como de las taras moral de cada cual, y cuando se viene abajo por la pendiente fatal de la falta de buena condupta en todo sentido, ya nadie ni nadies lo salva de acabar en el más espantoso tacho de basura del desprestijio humano, y nunca le van a dar una mano para sacarlo de adentro del fango enmundo entre el cual se rebuelca, ni mas ni meno que si fuera un cóndor que cuando joven supo correr y volar por la punta de las altas montanias, pero que al ser viejo cayó parabajo como bombardero en picada que le falia el motor moral. ¡Y ojalá que lo que estoy escribiendo le sirbalguno para que mire bien su comportamiento y que no searrepienta cuando es tarde y ya todo se haiga ido al corno por culpa suya!"

Prólogo de Rayuela: Julio Cortázar.
(y no me canso de leer estas palabras)

lunes, 25 de abril de 2011

La verdadera esencia de la seducción, es conquistar al amor con todas sus letras.
La verdadera esencia del amor, es serle fiel al propio corazón.
La verdadera esencia del corazón, es mirar mas allá de lo esencial ante los ojos.
La verdadera esencia de los ojos, es que traspasen el alma misma y la desnuden.
La verdadera esencia de la desnudez, es mostrarte como realmente sos.
La verdadera esencia de lo que sos, es que simplemente seas vos.

M♪camelí.

domingo, 24 de abril de 2011

De algún lejano rincón.

No hay aquí encrucijada acertada ni dejada de lado. Ni escritos ciertos, o mentiras verdaderas que traspasan las pantallas de mis dedos, mis pulgares, el ritmo y la melodía que se genera en la escritura incandescente de un relato que no puedo escribir, un sentimiento que no puedo escribir ni un deseo que quiero nombrar.

No hay tal cosa aquí, en mí, en realidad. Y si la hay es tan secreto, tan mío que hasta seduce a mis propios sentidos, tal es misterio de mi sentir, tal, que a simple viste es difícil decidir si irse, o quedarse a escucharme hablar palabras con sabores dulces y melancolías de decoración que adornan un mundo aparte, el cual puedo llegar a ser yo.

Entre enredos, como estos, de palabras complicadas, palabras inútiles que se hacen las grande y grandiosas, las elegantes y misteriosas se esconden la esencia que tanto tiempo se lleva tratando de entender. Vos o vos, o tal vez vos. O yo misma.

Y es tal, que divierte.

Nadie, y lo pido abiertamente, nadie trate de comprender mis escritos. Con que disfruten de ellos a simple vista, lo lean y se lleven sensaciones que no suelen ser cotidianas, es suficiente.

Si quieren acaso, entretenerse con un juego de palabras y sentimientos teñidos de los días que pasa una adolescente de diecisiete, casi dieciocho años, con un alma que tiene más de varios siglos de edad, disfruten el gozo de leer varias veces un relato tan mío como es tan de todo, tan típico, tan inusualmente complicado.

-M♪camelí.

jueves, 21 de abril de 2011

De más.

Indiscretamente se acercaba, sin precaución de nada, ni sentido común del asunto. Caminaba pasos rápidos y ligeros sin mirar a nadie. Casi corriendo, pero no corre, camina ligero.

Los ojos se le inundan en la más profunda melancolía y se rodea de aires pasados. Los ojos quedan intactos y captan su mirada. Se encuentran en el espacio que los separan.

Nadie los ve, nadie los siente, y ellos tan indiscretamente se abrazan como sucede cuando no ves mucho tiempo a un extraño tan conocido como esa persona, que te ve y te desnuda.

Se paran indecisos y el suelo tiembla bajo sus pies. O tal vez son ellos?.

Te imaginas imaginarte la imaginación de lo inimaginable que seria encontrarte en la calle un día cualquiera y llegar a abrazarte?.

Aquí no hay deseo ni desesperación, pero hay palabras que nunca hable y disculpas que nunca di. Ni caricias que jamás te ofrecí. Ni un café. Nada. Te di un invierno lejano.

Ojalá me escucharas, y dejaras de agarrarte de ese invierno sin sentido que no hace más que nada. Ojalá me vieras, y miraras la paz que tengo dentro de mí, conmigo, con el mundo. Vieras que toda desesperación, y deseos desesperados se han disipado y soy un remanso de caricias que se deja llevar por el viento a donde quiera la vida, el camino, el destino, como gustes llamarlo.

Ojalá te cruzaras una vez más conmigo, y te robaría el tiempo y te invitaría a palabras nuevas que tengo incorporadas, y te sorprenderías. Y también un perdón en susurros al oído y risas de fondo.

Si supiera la gente, que nada ya me hace falta desesperadamente. Y que tengo todo aquí en el corazón.

Ojalá me vieras sonreír a tu lado y caminar como dos desconocidos que se reencuentran en el tiempo de arena que estaba aislado.

Y es que tal vez jamás lleguemos a nada, ni una taza de café, una charla, una mirada, ni un suspiro, nada menos que una pelusa. Y a mi eso no me interesa en realidad. Simplemente me sale sonreírte.

Te complican mis palabras?, las lees?. Se que no. Creo que eso me hace sonreír. Es divertido.

Me divierte saber que existís, y que una brisa de tu esencia puede invadirme los pulmones y hacerme sonreír. Porque simplemente existís, y no lo sabes.

Y los que menos entiendan todo esto, les caerá mal este relato que no tiene importancia en realidad, porque la verdadera importancia de las cosas solo la se yo. Tu sabes no?, se que no. Nadie en realidad. Ni yo en el fondo.

No esperen. Yo si.

Pero como nada tiene realidad….dispone a tu gusto de esas ilusiones.

M♪camelí.

martes, 19 de abril de 2011

Universo de pequeñas cosas.

Me quito de encima toda mi ropa, mi bolso, mis aros, todo. Me consuela un vestido azul en mi ropero y me lo visto vistiéndome otra vez, con una liviandad que solo esa prenda me puede dar.

Mi cama, me espera fiel en su lugar, mis libros al lado. Me tientan a estar todo el día en ellos, los miro y tengo otras mil cosas más para hacer.

Pero me tomo momentos como estos para entrar en mi mundo y en mis obsesión del arte y mis sensaciones. Y me vuelvo a sentir verdaderamente yo.

Tengo tantos tesoros en mi vida, que jamás podría sentirme sola. Ni por esas almas que están siempre a mi lado, ni por todos los objetos preciados que tengo.

Miro, miro mi mundo una vez más, y sonrío. Me sienta bien sentarme a escribir y compartir con vos, querido/a lector/ra una parte de todo lo que circularmente me rodea.

M♪camelí.

Espacio.

Mi querida Buenos Aires. Me gusta respirar tu aire un sábado por la tarde, me gusta caminarte y conocerte. Buenos Aires, me gusta ver a tu gente feliz, los negocios abiertos los amores que se aman. Buenos Aires, me gusta que te reveles y no te escondas tras tu obelisco, que inmenso así como lo ves, él también tiene sus miedos. Buenos Aires, me gusta reírme con vos, mirar desde la ventana de un bar las almas y los cuerpos pasar, unos con otros que se rozan pero no se tocan, se ven, pero no se observan, me gusta sentarme en un café a escribir tu melancolía que es mía y la de mi alma.

Me gusta viajarte en un colectivo y mirar la rutina del paisaje, o tomar otro rumbo y cambiar el aire de mis ojos para que aprecie otra parte de vos. Buenos Aires, me gustan tus días de sol, tus noches de lluvia. Me gustaría más días de lluvia con un cielo de arco iris y que tus gotas tiñan de color todo lo visible y saque sonrisas a los que cuando llueve solo dicen: uh llueve.

Buenos Aires, mi querida compañera, me gusta cuando leo “Universidad”, tiene todo el prestigio del estudio, toda la esencia del futuro. Me gustan esas ferias tan artesanales, tus libros en la calle, un cantante en medio de la avenida, la guitarra de un bohemio, las pinturas de un artista, la bola de cristal, las cartas de una bruja que te mira acechándote pidiéndote que le des la mano para que te lea el futuro.

Ay!, mi Buenos Aires. Se me da por caminar por tus calles y suspirar. Se me da por inspirarme con tu poesía, tu arte, tu agonía, tu música, tu tango, tus amores, los bares. Mi Buenos Aires, no me quedas chica, y eso que todavía tanto me falta conocer del exterior, de afuera, eso desconocido.

Se me da por sentirme parte del aire pensando en si algún día me regalarás para toda la vida un amor que me tome por sorpresa de atrás y me sujete las manos para llevarme a volar. Y ahí, mi Buenos Aires, te diré adiós por un tiempo, te mandare postales desde donde este, tu mundo, el mío. Mi universo de sensaciones.

M♪camelí.

sábado, 16 de abril de 2011

No se trata solo de tu voluntad, dale tiempo al tiempo.

lunes, 11 de abril de 2011

Todavía jóvenes.

Y la alegría de cada mañana juntos y todas las sorpresas y risas. Las más hermosas del mundo.

Los amo quintotercera.

domingo, 10 de abril de 2011

Julio Cortázar.

No sé lo que hay detrás de tu voz.
Nunca te vi, vos sos los discos
Que pueblan por las noches este departamento de París.

Te busqué en Buenos Aires, pero sabés seguro
Cuántos espejos de mentira te hacen pifiar la esquina,
Como después de andar de bache en bache
Acabás con ginebra en un boliche
Murmurando la bronca del despiste.

No sé, ya ves, ni como sos,
Tengo las fotos de tus discos, gente
Que te conoce y te escribe,
Paredes de palabras con glicinas
Y vos detrás, inalcanzable siempre. (...)

sábado, 9 de abril de 2011

Claroscuro.

Era el instante más perfecto en el que los amantes se encontraban en el fin de la ruina, a la orilla de la escalera que llegaba hasta el último piso en el que el suicidio no era una elección, sino que tal vez un simple resbalón te empujaba por la espalda y sin testigos salía caminando de la torre una sombra con sombrero. Sin nombres, sin preguntas…el silencio inundó esa calle de Buenos Aires.

M♪camelí.

Aires.

A tientas te busco en la oscuridad, y encuentro tus manos, las tomo y ellas me encarcelan en ti. Encuentro esa suma de tu boca con el sabor a vino fresco de la velada con estrellas que nos miraban. Tus ojos, a tientas los beso torpemente y te libero de todo lo que te cansa, lo negativo que silenciosamente descansa en tu alma. Beso tu silueta y me inundo en la melancolía de los suspiros de una poesía que se la regalo al viento y mi ser queda contento, quedo así, como un remanso de pétalos que tiñen el universo con la fragancia mas dulce y un rosado rococó que viste mi alma, y mi aurora poco a poco se pinta mas de un blanco bodas.

M♪camelí.

Vitalidad de la existencia

La mano que traza sin miedo las confecciones es la que realmente vale. El corazón se desenreda, se abre como una flor en primavera y se despoja de toda sensación que agota los sentidos del alma. La mano que me delata es la mía. Sin asco te confiesa que hay un espíritu de grandeza y honor ante el amor que es más vieja que la humedad. Nadie podría detener los valores del corazón.

Debo confesarte esta noche, la triste realidad, que agobia la mano que en este preciso momento me delata: mi alma se viste de dama antigua y se abanica seduciéndote, me ves ahí parada en tu puerta. Realmente me ves?

M♪camelí.

domingo, 3 de abril de 2011

Las estatuas.

En el jardín de Brighton, colegio de señoritas, hay dos estatuas: la de la fundadora y la del profesor más famoso. Cierta noche -todo el colegio, dormido- una estudiante traviesa salió a escondidas de su dormitorio y pintó sobre el suelo, entre ambos pedestales, huellas de pasos: leves pasos de mujer, decididos pasos de hombre que se encuentran en la glorieta y se hacen el amor a la hora de los fantasmas. Después se retiró con el mismo sigilo, regodeándose por adelantado. A esperar que el jardín se llene de gente. ¡Las caras que pondrán! Cuando al día siguiente fue a gozar la broma vio que las huellas habían sido lavadas y restregadas: algo sucias de pintura le quedaron las manos a la estatua de la señorita fundadora.

de: Enrique Anderson Imbert

Cuento fantástico .

Una mujer está sentada sola en una casa. Sabe que no hay nadie más en el mundo: todos los otros seres han muerto. Y entonces, golpean a la puerta.

Mi rayuela hasta el cielo.

Tenés ese “que se yo” que me inspira al leerte, inevitablemente tu poesía y palabras abstractas atraen toda mi atención, o cuando escucho tu nombre, o reconozco una parte de tu arte innato, ese que llevas en la pluma con la que trazas infinitos sentimientos.

Están ahí, las palabras acertadas cuando a mi se me acaba el diccionario de la poesía. Y los ojos que te juzgan tienen la variedad más grande para hacerlo, cada uno te entiende, te lee y te siente como mejor le llegue al alma. Tu poesía es un camaleón de la sociedad que arrastra tu propia visión de las cosas y que solo unos pocos comprenden.

Ni por dado todo, ni perdidas palabras, nada, todo es un conjunto de soluciones posibles si te leo y necesito recursos para cerrar mis ideas.

Cuando el aplastamiento de gotas se vuelve una canción de lluvia y miro por la ventana a aquellas, con la panza que les pesa y caen suicidándose, o las que miran desde arriba y se tiran sin miedo. Cuando el breve amor resulta ser eterno en manos que nadie quiere y todo queda a la deriva del entendimiento poético. Cuando esta ternura pregunta que hacer con ella misma, cuando nadie la reclama y que con el tiempo, se marchita.

Tu café, en los bares de Paris frente a una ventana y el cigarrillo en la mano pensando en la crueldad de las cosas y como el goce del amor soluciona cualquier problema. Ya te veo ahí, soltando el humor entrecerrando los ojos, mirando al cielo y volver a caer en la cuenta de que seguís vivo y tu mente jamás deja de pensar.

Tengo solo estos tres minutos para escribirte lo placentero que resulta leer tu nombre en la calle, en libros y queridas bibliotecas. Al recordar la poesía que tanto me ayuda a comprender y tiene contenidos justos para cualquier momento que necesite un incentivo poético, un auto entendimiento, una frase que cruza todos los océanos.. Cuando lo necesito se donde buscar… “Selección Julio Cortázar”.

M♪camelí.

Deshoras.

No hay nada que concuerde exactamente con todo eso tan todo de mi, que en su totalidad esta totalmente con todo aquello que no puedo terminar de explicar. El todo al que una vez me auto aferré quedo al lado del camino, por la ruta misma del silencio que recorre el universo y sus infinitos misterios. Mi totalidad no la veo ni yo, tal vez mi todo me lo ayudes a ver vos, seas quien seas, estés donde estés. Cada vez importa menos. O solo cada vez importa más y a mi me resulta fácil decir “menos”. No lo se, eso se encuentra en la totalidad de mi todo que si me preguntan, todo esto no tendría sentido sin todo lo demás.

M♪camelí.