martes, 22 de junio de 2010

Encuentro.

Amelí se acerco lentamente a la puerta de su casa. Su corazón latía rápido y sus pies caminaban lento. Bajo la vista y encontró una nota en el suelo que había pasado por debajo de la puerta: "Volveré".

Corrió hacia la ventana y cuidadosamente su mano aparto la cortina y lo vio cruzando la calle. Sus ojos se encontraron por error. El mejor de todos. Ella se alejó de inmediato y sonó el teléfono. Se quedo inmóvil, una perfecta estatua de mármol. La mano derecha tartamudeo al tratar de atener y cuando finalmente lo había alcanzado... dejó de sonar. Resoplo y se tiro en su sofá verde manzana de seda. Cerró los ojos, respiro hondo y se levanto dirigiéndose decididamente hacia la puerta. La abre y lo ve a punto de tocar el timbre. Su corazón dejo de latir, y sintió que todo el universo lo tenía ella, frente a sus ojos.

Amelí lo tomó de su saco, logró que su cuerpo por fuerza de sus delicadas manos entrara y cerró la puerta... sin decir nada. Él quedó estupefacto. Ella se le acerco y beso su párpado derecho. Él se dejó. Se acerco aun más y de manera suave y seductora beso su cuello. Él se dejó y sonrió. Una vez más se le acerco y

beso su lado izquierdo del labio. Él se dejo, sonrió... él la amaba. Amelí, solo con gestos y su dulce mirada, le da a entender que él tenía que hacer lo mismo. Por supuesto, lo hace.

Luego suceden las maravillosas cosas de la vida que... solo ellos lo saben.

Pero, en simples palabras, se amaban.

-M♪ca,ela.