lunes, 22 de noviembre de 2010

Oh darling!

Es el amor. Tendré que ocultarme o huir.
Y para empezar, déjenme hablar, solo tengo 3 minutos de vida. Si, tengo todos los requisitos, y para los inexpertos lo diré, antes de escribir deben tener dos cosas: tener algo para decir y tener el valor para decirlo. Así que calladitos, quiero desahogar el mal atragantado, la esperanza, la felicidad y el amor.


Comenzando por el principio del final la hermosa mascara a cambiado, como siempre es única. Pero, digamos que esta renovada.
El ejercicio de las letras se vuelve constante y cae cómodo a mis dedos salir todas las tardes a caminar rutinariamente por la misma vereda pero con diferente ritmo, diferente sentir.
El sabor del sueño?, suele ser dulce ahora, no se, no se ve tan borrosa su cara ya y cae cómodo a mi inconciente tenerlo guardado en el. Estar contigo o no estar contigo, es la medida de mi tiempo. Supongamos que cae un rayo y todos corren… bueno en mi poesía no. Porque las palabras salen todas juntas y se atolondran, entonces no hace falta huir, hay que observar bien lo escrito en el papel café y encontrarle el sentido. Pero a ti, no creo que te cueste corazón, no, no miraras mas allá, lo entenderás de repente y sin entenderlo me entenderás y dirás: increíble!
Es ya lo se, el amor: la ansiedad y el alivio de oír tu voz, la espera y la memoria, el horror de vivir en lo sucesivo. Es el amor con sus mitologías, con sus pequeñas magias inútiles. Hay una esquina por la que no me atrevo a pasar. Sin embargo, mi mirada no deja de buscarte por si de casualidad el viento nos lleva y nos trae, de acá para allá.
Me quedo con las ganas muchas veces. Esta habitación es irreal, él no la ha visto. Pero es tan real para mi, que perdió la fantasía, y se convirtió en mi realidad y es único túnel directo a tus manos para que en el futuro te lleguen las palabras desde mi mano, y te las entregare, me veras extrañado, te sonreiré y me iré. Luego tú me llamas y ahí dejo que la fantasía trascurra como quien no quiere la cosa.
Resulta que de repente, es inevitable. El nombre de un hombre me delata. Me duele extrañarlo en todo el cuerpo.

A veces en las tardes una cara nos mira desde el fondo de un espejo;

el arte debe ser como ese espejoque nos revela nuestra propia cara.


Solo eso en simples palabras, gracias publico por guardar silencio mientras, antes de irme a dormir, mi alma despertaba.
Solo eso, en simples palabras.

Adiós.


- M♪ca,ela