viernes, 30 de agosto de 2013

Jugar al cíclope (5)

París viene a mi entre tus susurros, me dibujas las alas que tanto amaste, fuiste vos quien me encontró. Reviviste al mirarme nuestras almas dormidas.
Se que cada noche te abrazo de forma etérea, también que vienes a mi lado  y cubres mi cuerpo de pétalos celestiales como siempre lo has hecho.
Mírame bien…me reconoces? La misma del bar, la misma de Lyon. Tan solo tengo otro cuerpo.
Las persianas están abiertas, tienes todo el acceso para mirar mi alma a través de mis ojos. Me reconoces?

Yo si.
Te encontré.

Hola. 
By: Nuné
(el arte es un estado del alma)

lunes, 26 de agosto de 2013

Jugar al cíclope (4)

Es a penas el borde lógico, la inexplicable línea surrealista, un acantilado de pensamientos y aquel límite marcando el fugaz encuentro de almas y la rama del deseo materializado.
Estar al borde del sentimiento...crear ese suicidio con mezcla de placer y decisión fortuita besando labios invisibles. Sin embargo aquí esta...la mano de seda que traslucida deja ver como nos toma del saco beige y nos susurra: paciencia. 

Es allí donde la línea se difumina, se vuelve a confiar en la verdadera esencia del viento y todo aquello que se lleva en un suspiro humano. 

By: Nuné
(el arte es un estado del alma)

lunes, 19 de agosto de 2013

Jugar al cíclope (3)

Acaso hay un solo motor impulsor, que nos indica el camino, nos mueve cielo y tierra. Puede que no conozcamos el rostro de aquella presencia y sin embargo nos asombra una luz naciente.
Suele suceder, si Buenos Aires se tiñe de matices, creo ver sus ojos en algún reflejo del atardecer, allí donde se esconden los secretos clandestinos y públicos de amores correspondidos.
Y a priori a nuestra naturaleza, jugamos al cíclope una vez más, y nos rozamos las narices frías porque el invierno nos abriga debajo de historias y recuerdos que creemos lejanos y se nos hacen carne cuando sucede déja vu.

El alma que escribe estas líneas, es impulsada casi de forma romántica por una mano delatora de sentimientos y ojos que guardan secretos y caramelos.
Hay un susurro en Lyon, llega hasta mis oídos, llega a Buenos Aires…no puedo comprender tus palabras.


Hay un susurro que siento cada noche…pero no puedo leer entre líneas. 
By: Nuné
(el arte es un estado del alma)

martes, 6 de agosto de 2013

Jugar al cíclope (2)

Siempre es aquí, donde te invento, te debato, te acorralo. Entre corredores nos escondemos y creo escucharte reír divertido.
Soñando nos es dado a elegir la locura que queramos.
Entonces resuelves el dilema y recorres mi cuello sin ataduras y sabes que el mundo es nuestro. Nos inventamos sin rostro, y a la vez los ojos manejan el mundo que nos rodea.
Soñando nos es dado a elegir la locura que queramos.
Y te piso el pie derecho, comienzo a correr por corredores tenues de luz velas. Encuentras mi punto débil y te aprovechas sin escrúpulos. Claro, me dejo.
Soñando nos es dado a elegir la locura que queramos.
Tengo las manos libres tocando las paredes para no caerme, nos reímos divertidos, me sigues corriendo, y escapando seduciéndote de tus brazos caigo en pasto, hojas y algo de musas. Y te tientas, te tientas.
Soñando nos es dado a elegir la locura que queramos.
Nos miramos tan fijamente, jugando al cíclope invades mi mundo descubriendo así que siempre nos correspondimos y que mundos separados nunca pueden permanecer estables sin encontrar su galaxia. Entonces descubres que mi cuerpo es tu planeta y mi alma tu galaxia. Descubro arrebatándote besos, mordiscos y cosquillas que me perteneces, de alguna forma mística. Algo más grande que nosotros nos protege. Y somos nuestros planetas, galaxias.

Soñando…descubrimos que nuestras locuras son realidades. 

By: Nuné

jueves, 1 de agosto de 2013

Diario de la lejana (40)

Algunas veces sucede, los interrogantes mueven el piso y es allí donde la arena se cala por entre las dunas misteriosas, llenas de fantasía y cuerpos desiertos.
De lejos observan a la lejana, ella distingue una mirada penetrante, ojos negros con un alma que quiere Ser, pero.…
Alrededor el viento se levanta impaciente barriendo todo a su paso, limpiando sus corazones. La lejana simplemente se deja embriagar por el fluir del desierto. Ella lo sabe, lo ve en aquellos ojos distantes que la observan atesorándola y sin embargo…
A veces sucede, los interrogantes causan escalofríos, deseos, incertidumbres milenarias. Si el ser humano supiera que el corazón late más de la cuenta cuando quiere hablar, ningún desierto calmo nos separaría.
El sigilo se apodera de los danzarines pies de la lejana, se acerca y cada paso es firme en la arena que cosquillea y acaricia sus tobillos.
Los ojos ínfimos observantes la delatan. No puede evitarlo, cierta atracción determinante se apodera de ellos mientras el crudo invierno de la noche desértica los invade calándole los huesos.
Es acaso posible? La lejana es interrogada por el mismo desierto, ella asiente con la cabeza.

Y sin embargo…

By: Nuné
(el arte es un estado del alma)