lunes, 8 de noviembre de 2010

Trazadas por las letras.

El cielo miraba la vida, esa que pasaba por su lado, y el, el mar de arriba, la miraba celoso. Celoso porque no era tan celeste austral como ella.
El tiempo corre, las agujas del reloj no se detienen, las pilas no se acaban, las semanas, los meses y los años, amores celosos, quedan pendientes y yo solo cuento risas porque mi corazón no entiende de tiempos, sino de momentos.
Esos momentos de antes, los rulos más difíciles de planchar, los vestidos que al son del jazz acaparan el don de fluir, ya han quedado atrás, algo nuevo se acerca, al más celeste austral. Falta, pero pasaran horas, tiempo venenoso, que nos dejan disfrutar limitadamente de la separación irreconciliable de los tonos azules mortecinos pero con aura de la vida misma.
El mar ajetreado en su afán de tapar las arenas de la playa simplemente
Porque le satisface el sentir de la luna que a su vez la posee el cielo .
Aun así jamás he visto mejor que en estas acuarelas rococó las buenas luces que tienes la gente.
Pensándolo bien, jamás he visto tan bello amanecer en años. Las sonrisas más perfectas estallaron en mi corazón. Cada mañana, un nuevo amanecer comienza, dándonos la satisfacción seductora de la aventura pero apresurando las horas del fin. El final más esperado, el salir a la vida, una vez más.
De que estamos hablando?, eso nos preguntamos. Porque no queremos el final?, porque aun, estas dos damas de honor tienen mas que dar? Será risa, será viento…será amor?
Que misterios quedan por descubrir? De que lado del río nos vamos a parar?
Miraremos la vida color rosa?, nos sorprenderá luego, ensimismadas , y se tornara de un canela pálido, ya vencido?
Como sabemos que el sol vendrá a despertarnos?
No sabes lo peligroso que es seguir soñando?
Porque? Porque nos viene esta melancolía? Por que ya en un año se termina esa sintonía.-..
Y nosotras somos solo dos bailaron invitadas a un salón de baile con escritos en la mano trayéndoles esta poesía que a nuestro criterio son las melodías que unen a este medio paso antes del final de la partitura una clave de sol y un abecedario como puentes de vida.
Una termina la frase de la otra, y este escrito aun no tiene, sentencia ni Apocalipsis porque no hay poesía limitada ni amor más cercano que las risas y los escritos en mano.
Siempre nos visitaremos, amiga mía, con un café y un prologo con los comienzos de nuestros libros encontrándonos en aquella cafetería convocadas por el vaivén de las letra.


By: Micaa y Lucia



Te quiero amiga.