Y no tener
que acordarme de tus muñequitos de porcelana, la variabilidad con la que te
mueves sin saberlo. Viste como es esto, saludas a la gente que se regodea al
verte, te aclama. Te observo sentada en la esquina de la habitación, la pierna
derecha sobre la izquierda, la copa delicadamente sostenida, uñas rojas, labios
por igual, pelo delator de locura y pasión. Te observo sentada.
La mano en
la cintura beso en la mejilla, la saludas como si nada, sos conciente de tu perfección,
juego de tarjeta postal y regalo de cumpleaños. Las mujeres se te acercan, creo
descubrir muecas de dudas y el indescriptible deseo de poseerte de alguna
forma. Te observo sentada en la esquina de la habitación, la pierna derecha
sobre la izquierda, la copa delicadamente sostenida, uñas rojas, labios por
igual, pelo delator de locura y pasión. Te observo sentada. Sonrío.
Caminas tan
elegante, te lo dijeron? La moda te queda de luna llena y suspiros de amanecer.
Vaya a saber uno, si tu cuello no esconde el perfume de tus juegos de seducción.
Y tus muñequitos te siguen. La gente te saluda, habla, ríe, juega. Miras y guiñas
el ojo, sos natural. No podes evitarlo, ellas se acercan y las tomas de la
cintura, creo poder ver sus vestidos destrozados y tirados por la habitación. A
no, esos son sus deseos, lo había olvidado, puedo leer sus mentes.
Te observo
sentada en la esquina de la habitación, la pierna derecha sobre la izquierda,
la copa delicadamente sostenida, uñas rojas, labios por igual, pelo delator de
locura y pasión. Te observo sentada. Sonrío. Espero.
Caminas
incansablemente, “Hola que tal?”, “Como has estado?”, “Por supuesto que iré a
la fiesta!”. Dentro de tu eterno adormecimiento mirando para todos lados, nos
cruzamos entre miradas que se clavan en hojas de papel, tinta china, nuevos
sueños, un extraño deseo, un perfume delator y susurros antiguos. Entre toda
esa gente ahora lo comprendes, y observas interminables minutos a la joven
sentada en la esquina con la pierna derecha sobre la izquierda que sostiene una
copa delicadamente, tiene las uñas rojas y labios por igual; comprendes como
nadie que su pelo es delator de locura y pasión…entonces la sonrisa que se dibuja
en ella te es familiar. Ahora lo entendés, y esté quien esté, tus ojos van a
seguir posándose en ella por horas. Tratando de saber lo que se esconde en su
mirada, tal vez…
Solo te observo.
Sonrío. Espero.
By: Nuné
(el arte es un estado del alma)