Hay instantes efímeros y cautivadores que se dejan llevar
por aquellas sensaciones que creemos nulas cuando ansiamos sentirlas, su roce
acariciando la nuca y una respiración entrecortada, suave, se deja ser.
Nuevamente abrimos los ojos, y creemos poder percibirlo todo, mientas un placer
nos abraza, sublime, y todo el caos alrededor se transforma en belleza.
Mirándose al espejo junto al otro ser, descubre que su virtud es curar los males
del alma.
Sonríe y suspira.
Sigue y piensa.
Ama y es.
Nuné