lunes, 9 de abril de 2012

Diario de la lejana (8)


A penas. Se llamara "Diario de la lejana", pero esta vez no soy ella. Soy yo.


Es embriagador. Es casi la suma máxima del éxtasis. Pero también se podría decir que ajeno. La lejana no sabe que estoy acá sentada, relatándola, tal vez metiéndome en su alma (la mía)
Quien sabe. La soledad es relativa cuando se sueña (despierto o dormido). Aunque generalmente, si soñamos tan despiertos como cuando dormimos, nuestra alma se eleva a los cielos y nos rencontramos con tanta belleza que eso si podría llamarse "la máxima del éxtasis".
Pero no vengo por eso. Quiero robarle la poesía a ella que me señala con el dedo, y me acorrala, a veces, con tanto sentimiento desgarradoramente romántico. Se dice que es la "yo" más profunda en mi. Pero nunca se sabe. Puede que sea la "yo" externa que me controla, y enamora a los que pasan al lado mio. Tal vez yo solo sea el cuerpo y ella el alma que me contempla.
Es extraño, que no tiene sexo definido. Bueno, llamémoslo "la esencia". Hablando pues, de mi alma, la lejana la contempla desde un punto alto y la tiene como decorada con flores. 
A veces es embriagador, pero no ella que se expresa libremente, sino él. Que aparece extraño y borroso, como una foto mal sacada. 
En movimiento.
Es despiadado porque me sonríe, me besa y me promete. La lejana se abraza a su cuello, y yo, este simple cuerpo, me quedo como mirándolos, sabiendo que ella sueña y no se da cuenta.
Claro, la que después tiene la piel pálida por el frio sin ningún abrigo extra soy yo. Pero ella es despiadada conmigo a veces. Entonces nos sentamos a hablar.
La lejana me observa largo rato, mientras no paro de bailar. Es la forma que tengo de hablar. La de ella es escribir. Pero hoy he tomado su lugar.
Sin embargo, la quiero. Porque es mía, de otras vidas, incluso es parte del Universo. Y yo, soy de la tierra, pero a la vez la pureza  se encuentra en cada poro. Tal vez.


Es embriagador. Es casi la suma máxima del éxtasis, cuando yo cierro estos ojos corporales, y ella los abre desde el alma más que nunca. Y ahí estas vos, su sueño, más lejano al mio. Ella, la lejana, que te tiene en sus alas. Entonces yo me quedo como contenta, porque al menos una parte de mi te conoce sin saberlo. Al menos, ella, que es la lejana.
By: Micaela B. Halacyan.