jueves, 27 de febrero de 2014

Antigüedades

Creo que la vida era un poco más que todo esto, que un trozo de papel poblando nuestras manos y la ciencia era solo parte del espacio exterior. Y quizás, algunas veces, pensando en positivo te regalaban una sonrisa, o llorando te extendían un pañuelito así no te sentías tan solo. Te extendían un pañuelito, no su mano.
Pretendiendo que esto es una vida antigua, te gustará y te enojarás luego de la traición que jamás tendrás que volver a pasar, porque lo errores de una vida no pueden ser tan estúpidamente repetidos. Y entonces, tal vez, comprenderás que la vida no es un trozo de papel que puebla tus manos ni tu orgullo es mayor que todo el ego del mundo en el que vives. Rodeado de lujos, máscaras…máscaras, de besos experimentales, de manos solitarias, de espacio exterior, de bebidas coloreadas, de ropa diminuta.

Tal vez, no soy bien recibida en tu alma.

Tal vez siento demasiado. 

By: Micaela Nuné Halacyan
(el arte es un estado del alma)

martes, 25 de febrero de 2014

Diario de la lejana (52)

"No me escucha tu alma.
Caminabas adelante, y llamándote con los ojos clavados en tu nuca.
No me escuchas.
Y te gritaba, con mis ojos clavados en tu cuello, dulce cuello.
No me escuchaste.
Te llame suavemente, dije tu nombre repetidas veces...Seguías caminando, tan cerca de mi...tan cerca...
Nada, a penas moviste tu cabeza mirando hacia un costado, a penas. Pero era por otra cosa.
Tu alma no escucha la mía.
¿Y si te miro así, como ahora?. Te clavo mis pupilas. Te presto mi ser.
Creo que algo tiembla en ti, algo tan profundo, tal vez un antiguo sentimiento. Mezcla de enojo y desasosiego, tal vez amarme tan así y abrazarme tan restaurando mis partes quebradas.
Creo que tiembla tu alma.
A mi me suele temblar las rodillas cuando te veo. A mi.
¿Y a vos...qué?
Si supieras...amo ser parte de tu sangre."

-Listo -confesó la Lejana.

By: Micaela Nuné Halacyan
(el arte es un estado del alma)

sábado, 22 de febrero de 2014

Diario de la lejana (51)

Hay un cierto sabor amargo sobre la mesa, mezcla de hambre saciado, limón rayado y dulce de leche artesanal, de esos que tienen sutiles grumos que se deshacen en la boca.
Ganas de abrazar.
La Lejana tiene el pijama puesto, en el puente el clima esta noche es cálido, a penas se escuchan a los niños yéndose a dormir y los besos de despedida: -Bonne nuit, mon amour...Todo transcurre como siempre ceremoniosamente, pero la noctámbula debe quedarse un rato más apoyada en el barandal del puente con el mentón sobre sus manos cruzadas.
Suspiros.
Mira al cielo, las últimas aves visibles, las estrellas que se esconden entre luces de la ciudad, luna insaciable de vestido blanco y rostro amontonado de ojos y puntos.
Cerrar los ojos.
La Lejana se recuesta en su cama, sola. Estira los pies, siempre le gusto sentir las sabanas suaves en todo su cuerpo, va cerrando las puertas, los puentes, las penas, los desencuentros, los amores, los cafés, los libros, los retratos, las caricias, la malicia...cierra todo. Se prepara para dormir sin pensar.

Pensando.

Ilusa Lejana, ilusa ¿Cuando entenderás que estas compuesta de música y palabras...que es la perfecta composición del sonido permanente en tu ser?

Cierto, lo olvidé. 

La Lejana cierra lo ojos...le susurran: -Bonne nuit, mon amour y ella se limita a decir: -Merci

Merci.

Hay un puente, a lo lejos ojos claros, y miel y... La Lejana se despega de su cuerpo, un rato nomas.

Un rato.


By: Micaela Nuné Halacyan
(el arte es un estado del alma)

jueves, 20 de febrero de 2014

La sonrisa de las mujeres

"El color azul oscuro del cielo cubría París como un trozo de terciopelo. Era poco antes de las seis, la lluvia iba cesando lentamente, y me apoyé algo cansada en el pretil del viejo puente y me quedé mirando el Sena con aire pensativo. Las farolas se reflejaban temblando y brillando en el agua oscura... algo mágico y delicado como todo lo bello.
...Apoyé la cabeza en la ventanilla del taxi, que en ese momento cruzaba el Sena, y observé el río, que brillaba con el sol. En el regazo, envuelto en papel de seda, llevaba el abrigo rojo. Bernadette, que me había invitado esa mañana a desayunar, me lo había regalado por mi cumpleaños. Aquel día había empezado de forma muy prometedora." 

"La sonrisa de las mujeres", escrita por Nicolas Barreau

Diario de la Lejana (50)

(2)
Cruzó. Era como si navegara sobre tierra el perfecto camino que alguna vez contempló en una simple fotografía. Era el puente que tanto había sucumbido con ella y tantas veces del cual se alejó, acompañada por viajas amigas, las siempre dulces Soledad y Miedo. Ellas siempre presentes.
Un día la Lejana las despachos de su casa, les agradeció amablemente por su amistad y sus servicios pero sentía que nada tenía que ver con su pasión por los puentes, así que la Lejana simplemente las acompaño a la puerta, las despidió.
Hasta hoy no volvieron…ni tocaron puerta, ni se asomaron por la ventana. La Lejana ruega que no vuelvan a pedirle tarritos de azúcar para el café. Su café. Pero retomando… la simple sensación de volar sobre ruedas y que el puente la besara por todos lados, como si mil manos la tomaran de la cintura y los brazos y las piernas y elevaran la sutil melodía del encuentro tan esperado entre una realidad que parecía utópica y una simple ciudad bien armada, con habitantes, almas y corazones como los que completaban a la Lejana.
Ya no era un sueño.
No parpadeó, miraba fascinada con la boca un poco entreabierta el río pasar por debajo del puente, era la armonía de la naturaleza y el corazón de la Lejana, tenia una felicidad tal que no entraba en ella misma, tan pequeña e inmensa a la vez, contemplaba la magnitud de algo tan…
La melancolía de querer besar sus labios de mármol y las uniones blancas, esa desesperada invitación a dejarlo todo y vivir en ese puente…abandonar París.
No, jamás abandonaría París. Sin embargo, este puente era diferente, tenia un perfume único entre dulce profundidad de alma y…se debía vivir el éxtasis de éste tan diferente.
La unión más perfecta, ella lo cruzó satisfecha, todo el cielo resplandecía de nubes y franjas celestes como ángeles escondidos jugando con ella a descubrir el logro que unía un viejo corazón hacia una tal Victoria.

La Lejana se limitaba a sonreír y que su centro latiera como quisiera.  

By: Micaela Nuné Halacyan
(el arte es un estado del alma)

miércoles, 19 de febrero de 2014

Diario de la Lejana (49)

(1)
Hay un puente iluminado, a los lejos, en su perfección metafórica deja ver a la Lejana el camino de sus sueños realizados, miel y té por las noches. Camino de luces amarillas conducen…
No cualquiera, pero ella si, ha viajado por fin, a tocado suelo ajeno y ahora tan propio de su tierra, tan país celeste y blanco, un poco de ella queda en cada lugar y creo que te descubre a cada paso.
La Lejana susurra interminable ausencia ya asumida. Ahora se regodea porque en su lista de inconcebibles momentos por vivir, éste ha llegado…tan naturalmente. Ella presiente que una fuerza superior se ha encargado de todo: armar la valija, planificar el viaje, vestir a la luna de gala para que el viaje de noche sea la perfecta cuna de ensueño y placer de sentidos.
La Lejana se detuvo frente a la inmensidad, mezcla de monumento físico y emoción monumental, la foto donde estas parado es el mismo sitio y ahora ella, tan allí y acá…tan Lejana y…
Parpadea varias veces, creo que te descubre a cada paso, es lo lógico. El corazón grita de noche, antes de las doce descansa todo sin remordimientos, al tocar las estrellas la ventana que desnuda la habitación, el corazón de la Lejana se enciende de pasión y abrazos furtivos, de pensamientos inconclusos y miedos absurdos.
¿Por qué temes tanto Lejana?
La Maga la interroga, la otra responde y la Maga vuelve a preguntar…y la otra responde. Y así sucesivas veces. Luego, aparece el Fantasma, aquel que en noches de insomnio y desasosiego suele salvar a la Lejana de hundirse en ella misma y ser tan ella que se quede en si por efímeros momentos entre abrazos, miel…camino de luces amarillas conduce… Hay un puente.
Tenerte cerquísima, creo que nunca tanto. Eso desesperaba a la Lejana, la Maga la miraba y la consolaba, la tranquilizaba, eran momentos rapidísimos…sucedía un llorisqueo, luego se sonaba la nariz enérgicamente, se ponía una mano en el pecho, lo sentía agrandarse al respirar y se relajaba. Aunque no lloro, y no lloraría. Solo de emoción sí, de lograrlo. De tocar suelo de…hay un puente…un camino de luces amarillas conduce… ¿Sabes?
Los placeres de un té o un café, cualquier infusión descansa con alegría sobre la lengua de la Lejana, no se priva de ningún sabor que encierre el arte culinario…un poco acá, un restaurant allá, un té por allí, la delicia de los sabores en masa y frutas secas que se amontonan todas juntas y crocantes hacen una fiesta en su boca. La Lejana con la lengua se moja a penas los labios…creo que...

Hay un puente…luces amarillas. 
By: Micaela Nuné Halacyan
(el arte es un estado del alma)

miércoles, 12 de febrero de 2014

Diario de la Lejana (48)

La Lejana lo sabe. Lo peor es que lo sabe. Y la Maga la deja ser…no debería.

Porque es tan pasional, y es tan emoción, y tan miel, y tan fuego eterno con mezcla de claridad eufórica. La Lejana es así, tan sentimiento y percepción, y amor por la vida, el puente, el Cíclope.…Cíclope amado.
La Lejana se sienta en el puente, con el Sena debajo de éste y fluye como tal. Ella quiere imitar el agua que fluye y es propio de si. La Lejana medita, recuerda respirar.
Ella respira.

La Maga la contempla desde otra percepción, más elevada y pura…pone su mano en el pecho de la Lejana y resulta que se ilumina su Ser.

Claro…si la Maga es el alma. Ella es perfecta. 

La Lejana tiene tanto que aprender, tan joven y viva...tiene toda la vida por delante. Y el Cíclope le susurra...como siempre. Y ella se deja, porque no hay fusión más pura que ese recuerdo vivo. 

La Lejana ES, no hay forma de que no lo sea. Y yo la contemplo, porque la amo y le agradezco. Porque ella, siempre sabe curar los males del corazón. 
By: Micaela Nuné Halacyan
(el arte es un estado del alma)