"El color azul oscuro del cielo cubría París como un trozo de terciopelo. Era poco antes de las seis, la lluvia iba cesando lentamente, y me apoyé algo cansada en el pretil del viejo puente y me quedé mirando el Sena con aire pensativo. Las farolas se reflejaban temblando y brillando en el agua oscura... algo mágico y delicado como todo lo bello.
...Apoyé la cabeza en la ventanilla del taxi, que en ese momento cruzaba el Sena, y observé el río, que brillaba con el sol. En el regazo, envuelto en papel de seda, llevaba el abrigo rojo. Bernadette, que me había invitado esa mañana a desayunar, me lo había regalado por mi cumpleaños. Aquel día había empezado de forma muy prometedora."
...Apoyé la cabeza en la ventanilla del taxi, que en ese momento cruzaba el Sena, y observé el río, que brillaba con el sol. En el regazo, envuelto en papel de seda, llevaba el abrigo rojo. Bernadette, que me había invitado esa mañana a desayunar, me lo había regalado por mi cumpleaños. Aquel día había empezado de forma muy prometedora."
"La sonrisa de las mujeres", escrita por Nicolas Barreau