lunes, 27 de diciembre de 2010

Romeo and Juliet.

La delicadeza del tiempo no había cambiado, aún seguía el amor, la pasión prohibida marcada por un apellido y la muerte fatal. Si las almas de dos jóvenes estaban unidas por el universo entero, nadie los iba a separar. Ni la muerte misma. Qué, viéndolo de distinto puntos, no es más que trágico, porque siguen brillando como luces en el cosmos, y en el corazón de los enamorados terrestres que buscan una historia parecida a la de ellos, tal vez con otro final. Porque el amor puede nacer en medio de una guerra, como una flor que crece en el cemento, o tal vez, nadie las ve, y están bajo la arena, por todo el desierto. Los finales dependen de todos, pero no por eso se debe maldecir lo vivido.
Fui al muro de la dama, y escribi mi carta con mi deseo. Había miles más, todas con ilusiones de todo tipo.
Ella será una princesa por siempre. Porque siempre se le dejaran cartas en la pared de Verona, las cartas para Julieta.


-M♪camelí.