viernes, 26 de octubre de 2012

Labios perfumados

Podéis tener todos lo que siempre has querido mi niña, solo tienes que aprender a Ser, no a Parecer.

La lengua es útil para mojar los labios cuando estos, intimidados por las palabras, secan como arena del desierto todo suelo vocal. 
Las personas suelen hablar, más bien, sin saber. Y si saben, suelen hablar con cierta altanería  pero muchos no se percatan de ello. El ego es mayor, desde tiempos inmemoriales. 
Es más fácil curvar los labios con ironía que con verdad sin tener el deseo de lastimar, o ganar. Pero todo es un proceso. Proceso del ser humano, esta en sus genes, incluso esta cambiando nuestro ADN. Nuestro cuerpo se mueve diferente. Nuestra conciencia es más pura y toca el cielo, o en ciertos casos, roza el suelo raspándose los codos.
Tenemos la suerte de poder elegir, o tal vez es un castigo para muchos. Sin embargo, tenemos eso que nos impulsa desde el alma y nace en palabras, acciones, nace en el pensamiento humano. 
Tenemos los labios perfumados con fragancias de mármol que traspasan cualquier barrera que nosotros mismos armemos delante nuestro.
Usemos el mejor perfume de nuestras palabras, increíblemente el aire se va a teñir de estrellas y pétalos creadores de vida.

By: Nunè Halacyan

lunes, 22 de octubre de 2012

La liviandad de los cuerpos

El terrible sabor de tus labios hunde en mi diurna melancolía un aspecto nuevo.

Por la noche el vestido negro luce su textura inexplicablemente brillante. Los brazos del amante discreto se tensan sin razón  Hay algo peor, ella tiene la suavidad impregnada en la piel y un sutil delineado rosa en los labios que incita a la perdición permanente.
Allí se encontraba él  contra la pared y la pierna derecha un poco más relajada que la izquierda. Con el traje que una vez se sintió distinguido y ahora simplemente flotaba como una pluma, sin ropa, sin piernas, sin nada.
La joven no se percata ante lo sucedido, sigue hablando, gestualisando como solía, mientras sus ojos se perdían en la multitud buscando. Eran tan discretos pero fuertes a la vez, que jamás imaginó que esa noche seria la noche.
Los ojos claros del muchacho contra la pared apenas parpadeaban, la miraba y sacaba su vista de encima. La miraba nuevamente y bajaba por sus brazos, por su espalda, su cintura, sin miedo delataba sus piernas y los parpados bajos morían en sus delicados pies dentro de los brillosos taco aguja negros que acompañaban las estrellas del cielo.
Cuanto hubiera deseado sacarla a bailar, sentir su perfume, acariciar su piel. Si tan solo ella no le hubiera quitado todo pensamiento cuando por fin encontró los ojos que buscaba. Si tan solo no le hubiera robado el aliento cuando parpadeo al mirarlo. Él hubiera podido hablar, pero enmudeció cuando la escucho reír, cuando la vio bailar, cuando por fin sus ojos se encontraron.
Los de él tan claros. Los de ella tan oscuros.
Y sus almas perfectamente ligadas.

By: Nune Halacyan

jueves, 18 de octubre de 2012

Diario de la lejana (20)

Soñar con París es soñar tus manos alrededor de mi cintura y tu cara escondida en mi pelo mientras todo el aire a nuestro alrededor nos envuelve en lo que recordamos. 
Aquello que una vez, en el 1930, me dijiste al oído.

La lejana tiene la silueta delineada con rosa. Siente de pronto que su espalda cosquillea un secreto  y piensa, tal vez, que son aquellas alas que van creciendo. 
Mira al rededor y la vida le parece un libro abierto, siente que ese puente que atraviesa día y noche la une a la intensidad de la existencia misma. Siente cada vez más fuerte los latidos de su alma y la memorable vida que ha tenido hasta ahora. Tan corta vida. Tan intensa. Tan suya que daba gusto recordarla.
La lejana siente que lo más grandioso que hizo hasta ahora fue hablar desde el corazón con todas las personas que pasaron por su vida. No se arrepiente, y no hay mayor liviandad que eso. 
La lejana comienza a tomar vuelo y esta decidida a pasar por todos los momentos que deba vivir. Ella mira al cielo y reza con toda su fuerza. Aprende a deshacerse del miedo y de los prejuicios. No es fácil, es tan humana como lejana. 
Pero se tiene fe.
La lejana se repite día a día sentada en la ventana, contemplando los pequeños detalles de las letras que se escriben en el aire, es su libro. Como una cuento bien contado. La lejana se repite día a día: "lo mejor que hice en mi corta existencia fue poner quinta, apretar los dientes y que todo encuentre su razón  Pero por supuesto, siempre hablando y actuando desde mi corazón."
Claro, el de ella. La lejana. El mejor regalo de Cortàzar. 


By: Nuné Halacyan

lunes, 15 de octubre de 2012

Ossetia

-Y como dicen ahora..."venì para acá mamita que te hago de todo". Lo que se ve en este baile ya no pasa en la realidad por eso les cuesta bailarlo -sentenció con firmeza en la voz.
La lejana absorta en sus pensamientos entrecerró los ojos al escuchar tales palabras de su director de danza. Se sintió perturbada sabiendo que esas oraciones tenían plena relación con la realidad.

Los pies juntitos caminan al compás de la melodía oriental, si la conquista sale bien significa que los ojos de las damas siempre miraron al suelo con una leve sonrisa que muestra toda la sensualidad femenina. El taje blanco, impecable sensación de pureza, se mueve a penas mientras largas mangas hacen lo suyo balanceándose arriba y abajo.
El rostro firme y serio. Ojos decididos a encontrarla, el hombre no baja la mirada más bien la desafía a ella, aquel dulce objetivo oriental a que lo acepte. Los brazos firmes y delicados toman a la dulce dama que ahora se comunica con él bailando en perfecta posición. 
Así se hablan. Bailan. 
La danza en si desespera, porque solo es una coreografía prevaleciendo la figura de los cuerpos que se aman sin tocarse, a penas se rozan los brazos. 
Si solo lo miran como un espectáculo son simples movimientos ligeros. Si afinan la mirada del corazón verán en los rostros de los jóvenes el deseo de la espera y la recompensa bien ganada. Así se tiñe el amor, tejiendo un telar con esmero y confiando paso a paso.
Esta danza solo tiene un objetivo. Pero no lo delatara la lejana. 

Ella permaneció sentada. Desanimada, casi con la completa sensación de la soledad que poco a poco se entretejía por sus huesos, entonces lo recordó.

El objetivo es que él logre con toda su postura ganar el premio mayor. Que la dama vestida de blanco, con leve sonrisa que muestra toda la sensualidad femenina, y los pies juntitos caminando aferrada a la melodía le regale el honor de levantar sus parpados y mirarlo a los ojos.
Ese es le premio mayor. 


En estos tiempos eso no se estila.
Pero "estos tiempos" no son para todos iguales. 

La lejana sabia lo que sucedería luego, se levantó con una mueca simpática impregnada en el rostro apenas mostrando los dientes y comenzó a subir los parpados como dos abanicos impulsados por las olas del mar a mirar la vida.

By: Nuné Halacyan



jueves, 11 de octubre de 2012

Discretos al caminar se mueven como gacelas que se entrelazan en los lazos de la vida. Un aroma dulce recorre todo el espacio, y entre los árboles los secretos son guardados.
Entonces los Ángeles libres de amenazas bajan del cielo para disfrutar las cosas simples de la naturaleza, aquí en la tierra. Son siete Ángeles los que estaban decididos, pero solo tres de ellos bajan tocando el pasto verde bañado en rocío. Sus pies delicados se apoyan en el suelo con vida, se dejan llevar por el brillo del amanecer que irradia el sol cuando los ilumina. 
La brisa tiene colores que solo ellos perciben, seres alados maravillados por tanta naturaleza que los humanos no ven a simple vista.
La humanidad esta lastimada. Ellos lo saben. Y van a ayudar a cada alma que vive una experiencia humana.

By: Nuné Halacyan

martes, 9 de octubre de 2012

Diario de la lejana (19)

Allí te das cuenta que es demasiado gratis soñar...

Dulcinea la miraba con ojos tristes, pero la lejana se negaba a bajar la cabeza. La persuasión era la suyo, por eso la admiro. Aunque no siempre funciona.
Dulcinea le preparó te inglés mientras se sonaba la nariz, pero la lejana le seguía exigiendo con sus ojos penetrantes que saque toda la euforia innecesaria. La nueva era no podría tocar a su puerta si ella  guardaba pelusas del pasado.
Dulcinea se había dejado vencer por el miedo y ahora era más fuerte, ya no tenia miedo. La lejana le sonreía y la felicitaba como un sapito contento que salta de mano en mano y vuelve alegre al agua. Dulcinea estaba con sueño y la lejana lo comprendió. La abrazó como buena compañera, le guiño un ojo y la calmo con palabras que solo ella maneja a la perfección.
La lejana sabe curar los males del corazón.

By: Nuné Halacyan