lunes, 13 de diciembre de 2010

Ahogo.

Despertó entre sueños toda la noche. Incomoda, y se daba vueltas para todos lados. La sabana perdió el estilo, y la almohada cambiaba de brazo cada dos por tres. Cada tres horas.
Tuvo una pesadilla, como el día anterior, rarísimo, en que todos morían y ella sola sobrevivía en el cuerpo de un joven, un muchacho desconocido, y que saltando hacia atrás llegaba al fin de los tiempos alejándose de caras horribles y asquerosas. Se podría decir que eran como zombies. Y de repente se ve acostado y lo levantan del suelo con cariño y sonriéndole (como gratificándolo de que a cumplido la misión) algo parecido a budas…y estaba en otro siglo, muchos años después.
Se despierta revolcándose en su cama y escondiendo la cara en la almohada. El reloj marcaban las nueves de la mañana y ella lo apaga. Su cara estaba de mal humor, le dolía la cabeza, estaba sola en casa, la luz del sol entraba por pequeños espacios de la ventana iluminando la habitación.
Pero seguía molesta, tenia todas las imágenes del sueño, las caras horribles de esa gente que enfermaba a todos, las miradas cómplices, ese auto torpe que causaba accidentes y la dejaban con temor.
Sale de la cama de un salto sacudiendo la cabeza con los ojos cerrados tratando de quitarse esas imágenes que ya habían pasado.
Ella lo entendió, luego de tanta tensión, y tanto descanso repentino era lógico que su cuerpo y su mente se relajaran y sacar todo ese estrés que tuvo.
Qué podía hacer?, se había suspendido la salida de ese día, pero tenía un pequeño proyecto en su casa de decoración. Desayuno poco, su estomago daba vueltas, su cabeza también y el corazón estaba a la espera de respuestas que por supuesto (ya son altas horas de la noche) y no encontró respuesta alguna. Solo pequeñas cosas que la ayudaban a su existencia, pero solamente eso.
Se propuso dedicar ese día a centrar la mente en cualquier cosa menos en él.
Pero lo logro a medias, y lo admite.

Por eso se dijo convenciéndose “silencio hasta nuevo aviso corazón”.


-Mca,el.a