Circulo de luz que nos rodea cuando sentimos una sensación
placentera.
Una melodía con dulzura en sus notas, cerramos los ojos. No nos
damos cuenta, sonreímos.
Cuando nos besan los labios y los sentimos suaves como la seda
misma que puebla cada partícula de las nubes, todo tipo de algodón.
Cuando saboreamos chocolate derretido y se nos escapa por las
comisuras de la boca, y con la lengua lo buscamos. También, es placentero.
Sentarse en el jardín y hamacarse. Ver los árboles hacer lo mismo
y que se produzca la sintonía con el Universo. Perfecto momento de calma,
cuando ya no sos vos quien te empujas, sino que es el viento el que te mece.
Hundir los pies en la arena mojada, en la orilla a centímetros del
mar profundo y llevadero. Ver como la espuma se cuela por tus dedos y observar
que ambos pies se hunden y sienten una frescura que solo esta debajo de la
arena mojada. Moverlos, una y otra vez.
Acariciarte o que me acaricies todo el rostro con tus manos
suaves.
Que te besen los ojos, y querer dormir la eternidad de la
existencia porque sentís que la satisfacción de lo “mínimo e indispensable” lo
tienes para siempre.
En invierno, abrigarte hasta la cabeza. Entrar a un café y pedirte
las delicias más calentitas que tengas antojo. Quitarte el abrigo, mirar por la
ventana, y ver como se empaña, mientras soplas tu capuccino Italiano y lo
bebes. Cerras los ojos. Los abrís, y ves como los árboles bailan al son del
viento frío.
Circulo de luz que nos rodea cundo sentimos una sensación
placentera. Apuesto a que cualquiera sabe de lo que hablo.
Quien no?
Vos no?
Bueno, entonces empeza a probar estas cosas y descubrirás mil más
que siguen en la lista.
No te vas a arrepentir.
By: Micaela.