viernes, 14 de diciembre de 2012

Ha.blabla.r


Necesitamos una estricta concentración ante lo minucioso y preciso de las palabras. Una atención sobrenatural diría para comprender el origen de estas últimas. Se podría decir que es empalagoso tratar de entender el nacimiento de las vocales en los interrogantes de las desafiantes y acechantes oraciones que se despliegan y salen a flote por los labios que las delatan. Las palabras las palabras, como decia Neruda: Las que glotonamente se esperan, se escuchan, hasta que de pronto caen... Vocablos amados... Brillan como piedras de colores, saltan como platinados peces, son espuma, hilo, metal, rocío... Persigo algunas palabras... Son tan hermosas que las quiero poner todas en mi poema... 

Y así nomás, con un poco de paciencia, he de rendirme ante sus pies, ante sus acentos y desventuras palabristicas, porque no se que haría sin ellas más que las palabras del alma, las de las miradas, las palabras que se nombran o se inspiran en silencio. Al fin y al cabo, terminan siendo necesarias.

By: Nuné Halacyan