martes, 11 de marzo de 2014

El proceso de recordar

Las pasantías del tiempo requieren una experiencia exacta, se recuerda en lo inmediato, la esencia del pasado, se procesa y analiza como tal, es tan delicioso como suicida. Aunque todo depende del recuerdo inmediato que tengamos.
Para detectar tales circunstancias, se debe estar haciendo algo verdaderamente importante, estar ocupado, pensando en lo que se debe hacer y como. Solo allí aparecerá aquel recuerdo pasado que no teníamos presente, por claras razones.
Se presenta de un momento a otro, se siente exactamente un balde de agua helada que le tiran a uno encima sobre la cara, el cuerpo, la ropa, y usted se pregunta: ¿Por qué aquí y ahora? Ya me he bañado.
Pero claro, usted no sospechaba que el recuerdo agazapado y entre tinieblas, se escondía divertido en ocupaciones importantísimas que no puede dejar sin terminar, pero ahora son dos los problemas: el recuerdo inmediato con una acumulación de sentimientos, ganas de reír y de llorar, aquel pañuelito de la tarde en Abril que se encontraba en el piso y dos manos se unían y tocaban a penas para luego conocerse, y que no puede dejar sus tareas, que su jefe esta por entrar, se toma la libertad de proferir una delicada y poética serie de insultos, la impresora no anda, que la impotencia se apodera de uno, le pueden temblar las manos, se le puede llegar a saltar un lagrimón o una risa descocada haciendo que en el preciso instante en el que entra el jefe, usted consigue la última copia. Claro, se da vuelta asustado y su jefe lo mira, mezcla de pena y con un pensamiento de: “que persona tan responsable, que entre lágrima y risa quería lograr a toda costa entregarme el trabajo a tiempo. Bah, es un exagerado.”


Injusticias de la mente, vio usted. 

By: Micaela Nuné Halacyan
(el arte es un estado del alma)