martes, 13 de julio de 2010

Dejá dejá, yo me ocupo de mi. Gracias.

Y también no estar triste, no crecer con las fuentes, no doblarse en los sauces. Ancha es la luz para dos ojo, y el dolor danza en los pechos que aceptan sin flaqueza sus fríos escarpines.Y no decirte ni lejana ni perdida para no darle la razón al mar que te retiene. Y elogiarte en la más perfecta soledada la hora en que tu nombre es la primera lumbre en mi ventana.
Benditos sean mis ojos, porque tan alto miraron.

-Julio Cortázar.