Cielo teñido de gris. Autos desencontrados. Dos avenidas se
cruzan. Tú presencia en aquella esquina.
La lejana observaba la figura de esa espalda y de aquel
rostro mirando al cielo, mirando alrededor como esperando algo. Tenía las manos
dentro de los bolsillos, cómodo refugio del frio. El seco negro y largo le caía
sin pretextos. La lejana lo supo, fue
medio segundo cuando pasó y lo vió, el 85 cruzaba Av. La Plata. A la lejana le
agradaba la sensación; un completo desconocido que cruzó por su vida, éste sin
percatarse de tal acontecimiento le regalo una poesía y una bocanada de la
dulce melancolía que inundaba sus ojos. Él simplemente esperaba que el semáforo cambiara
y seguir. Como la lejana, que lo divisó medio segundo de su existencia; se apoderó
de ella la esencia de las palabras y ahora seguía, como aquellos ojos verdes.
By: Micaela.Halacyan