Algunas
veces sucede, los interrogantes mueven el piso y es allí donde la arena se cala
por entre las dunas misteriosas, llenas de fantasía y cuerpos desiertos.
De lejos
observan a la lejana, ella distingue una mirada penetrante, ojos negros con un
alma que quiere Ser, pero.…
Alrededor
el viento se levanta impaciente barriendo todo a su paso, limpiando sus
corazones. La lejana simplemente se deja embriagar por el fluir del desierto.
Ella lo sabe, lo ve en aquellos ojos distantes que la observan atesorándola y
sin embargo…
A veces
sucede, los interrogantes causan escalofríos, deseos, incertidumbres
milenarias. Si el ser humano supiera que el corazón late más de la cuenta
cuando quiere hablar, ningún desierto calmo nos separaría.
El sigilo
se apodera de los danzarines pies de la lejana, se acerca y cada paso es firme
en la arena que cosquillea y acaricia sus tobillos.
Los ojos
ínfimos observantes la delatan. No puede evitarlo, cierta atracción
determinante se apodera de ellos mientras el crudo invierno de la noche
desértica los invade calándole los huesos.
Es acaso
posible? La lejana es interrogada por el mismo desierto, ella asiente con la
cabeza.
Y sin
embargo…
By: Nuné
(el arte es un estado del alma)
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