martes, 1 de enero de 2013


Sabíamos pocas cosas.
Pensábamos que sabíamos. Qué era el tiempo? Solo agujas mezquinas que se apropiaban de nuestras vidas o ajenos horarios unos tras otros marcando un ritmo que nos intercedía a otra dimensión sin salir de ésta?
Sabíamos que éramos humanos. Sabíamos que éramos almas dando un sutil paseo por lo terreno celestial.
Sin embargo nos surgía la duda inmediata. Qué era nuestra vida? Un papel escrito por nosotros? La manos de Dios dibujando líneas inconclusas para nuestro saber mundano, mientras Él sabia como trazarlas? Era nuestra vida suspiros separados que decidieron vivirse de lejos y respirar aires pasajeros? Era acaso la vivienda dentro de una casa que subsistía en un mundo escondido dentro de una célula de otro ser en el Universo y así sucesivamente?
Entonces, se puede decir que podríamos llegar a ser infinitas células dentro de otros mundos y estos dentro de otros cuerpos.
Pensábamos que sabíamos. Eso era lo más divertido de no saber lo que uno sabe realmente. Por eso cierta ignorancia incita al conocimiento.
“El conocimiento os hará libres” vino a mi mente.
Pero va más allá de la mera lectura o el saber como intelectual. Nosotros creíamos saber que nos conocíamos. Yo sabia en el fondo de mi alma. Vos, estés donde estés, sé que todas las noches sentís una cálida llamada al corazón.

by: Nuné.Halacyan
(el arte es un estado del alma)