sábado, 18 de septiembre de 2010

Estaré allí con un libro y una flor.

Si te fijas bien no hay nada en la caja que me regalaron. Los bombones que una vez comparaste con mi corazón desaparecieron, si te fijas bien nada es lo que parece, todo es mas allá de lo que vemos. Yo lo soy, vos también.
Si te fijas bien, la vida nos encontró solo dos horas, para yo desarmarme y derretirme ante las palabras y el atardecer. Y si te fijas bien la vida nos encontró solo dos horas, para que vos pudieras caer a la tierra, mientra yo no quería ver la realidad.
No me di cuenta de nada, y todo pasó tan rápido que llega este momento de querer escribir lo que siento y resulta que recién ahora y cada vez más estoy escribiendo en primera persona, cosa que no hice jamás, o pocas veces, de esas veces aquellas.
Será eso, aceptar y aspirar lo que realmente me pasa, poniéndolo realmente en mi vocabulario, esa primera persona. “Yo”?. O tal vez será aceptarlo y expulsarlo porque sino escribo, muero ahogada en un campo de rosas marchitas porque no las regas más, y ellas tiene luz, tienen sol y viento, pero sin agua se deshidratan. Pero no te tenés que ni conmoverte por estas palabras, por esas expresiones salidas del alma, porque esta bien, no tenés obligación de cuidarlas, tal vez…no te pertenecen, tal vez,
otro va a ser el encargado de cuidarlas y regarlas, sin prejuicio ni orgullo alguno.
Será realmente eso?.
Desearía que esto jamás lo leyeras, para que no lo entiendas, ni sospeches, ni me sospeches, ni me entiendas en primera persona.
Desearía no desear, así no deseo lo indeseable de la in deseabilidad. Esa palabra existirá?, puede que si para mi.
No, haceme caso. No leas esto jamás, no lo digas, ni sospeches, ni lo sientas. No hace falta.
No te preocupes, ni te angusties, algún día, no muy lejano, me despediré de este sentimiento y lo dejare como un lejano y eterno color en el viento de mi alma. Y recordare, sentada en mi silla mecedora, como la vida nos encontró tan solo…en
dos horas.

-M♪ca,ela.