martes, 7 de agosto de 2012

Diario de la lejana (16)

Ahora llueve. Nuevamente tengo la terrible sensación del descanso en mi, de la tranquilidad. Pero no, siempre da vueltas la mente humana. Igual no dejo de pensar, y reflexiono. Sonrio. Y vuelvo a mirar al piso. Y luego reflexiono, sonrio. Así sucesivamente.

La particularidad del asunto es que las palabras fluyen de mi como un manantial de sensaciones, trato de hablar sin faltas de ortografía, espero hacerlo bien. No tanto por el amanecer en el horizonte, sino por esta noche en compañía de la soledad que es la única que me abraza y yo la abrazo, como consolándola. Nadie la quiere. En mi caso si, por eso la transformo en poesía, para que al menos sepa que no existe en vano en este vasto mundo. 
Si saco mi mano por la ventana, se que las gotas de lluvia están más heladas que el corazón de una inútil conciencia que trata de ser racional y no le sale a cada segundo. Sin embargo, el te inglés que me humedece los labios en este momento es amigo mio, me produce aquella sensación de ahogar las injusticias sentimentales, por ejemplo algunos lo hacen en alcohol. Pero no juzgo, solo presento todo arriba de la mesa.
Imaginen lo que es la combinación de tales cosas. No lo imaginen mejor, es amargo. Solo vivo momentos así porque yo misma los busco. Alguna parte de mi cree ser un libro leído por alguien o una buena película bien contada. Y me encantan estos momentos, porque luego de la melancolía y algunas veces las saldas lagrimas, no es este el caso, vuelco todo aquí. Mi mayor inspiración. 
Ser joven y sentirse grande es extraño. Ni siquiera esta bien dicho. Soy una anciana en su hamaca mesedora, y me encanta. 
Tal vez estoy mal.
Hace poco descubrí que tengo que aceptar lo que soy sin decir a cada rato: "estará bien, estará mal"?. Soy así, primero. Luego de aceptarlo tratar de encontrarme en el espejo como realmente soy. Tercero, encontrar el equilibrio de alguna manera, no el perfecto equilibrio, pero vivir al menos mas cuerdamente. Cuarto...no se, ahora no quiero saberlo.
(Pausa)
Las preguntas existenciales son las que más me apasionan, y sin embargo muchos tan solo con planteárselas o escucharlas se cansan, como si hubieran corrido una maratón. Así me sucede, pero es la maratón que me genera encontrar respuestas y descubrir. Y el agotamiento que luego siento no es simple cansancio, es de renovación.
Sin embargo, esta es la etapa que estoy viviendo. Mi realidad es la que es. Soy la que soy. Pero juro y siento que permanente soy leída por alguien.
O tal vez, eso es lo que quiero. 
By: Nune.Halacyan