lunes, 19 de enero de 2015

Quitapesares



Aparece, siempre es un descontrol. Me miras por aquellos recovecos en los cuales siempre te escondes y aún, lejos, te sigues escondiendo, en la forma más ínfima y etérea del abrazo que es aire, viento, siempre se trasforma en poesía.
La perfecta inspiración de la lenta máquina del desamor, las manos que no se toman, un poco más maduras, un poco más altos, o no. Miras al cielo y ves ese cielo que también llega a mis ojos desteñidos, ilusionados. Sientes el aire en tu piel y lo sabes también.
Quizá siempre es, fue y será. Buscar algo, y que toda la habitación se revolucione, que tu nombre aparezca en el aire, que los papeles no los encuentre. Acomodar, a veces, es perder cosas también. Quizá inconscientes, siempre.
Entonces tu rostro, que ya lo conoces, que no te agrada en ocasiones, miras tus arrugas jóvenes como la edad que surca tus poros, tu alma, la historia de siempre, te miras al espejo y un fantasma atraviesa tu alma. Deja deja deja. Basta de fantasmas.
Abre aquella ventana que tienes a tu lado, siempre a tu lado mientras observas la otra ventana, la de mentira, con la que accedes a ese mundo que nunca tocaste de verdad. Abre tu ventana, inspira aire nuevo, quítate la camisa y deja que el fresco se cuele por tu ser, por el vello que es propio. Siente.
Eso es renovación. Suelta las preguntas, las incomodas pesadillas, déjalo fluir. Es como soltar papeles en el viento que al girar se trasforman en hojas y renacen en árboles. Eso será tu oxígeno. Soltar, será tu oxígeno.


By: Nuné