viernes, 28 de mayo de 2010

Como si nunca hubiera existido.

A pesar de la gelidez de sus manos, me sen ti repentinamente acalorada. Su boca se acerco al hueco de la base de mi cuello. Sostuvo mi rostro con las manos y la oriento hacia arriba de modo que mi cuello quedara al alcance de su boca. Podía sentir la presión de su frió cuerpo marmóreo contra el mio. El corazón me latía con tal fuerza que apenas oí su amortiguada risa. La cabeza me daba vueltas y mi respiracion se volvía entrecortada y poco profunda.Estaba a punto de besarme, y cuando abrí los ojos para mirarle...no había nadie.

-Luna Nueva.