domingo, 21 de septiembre de 2014

Simple

“Oh, mírate ahora…oh mírate ahora ¿qué ves?” la canción sonaba lenta y dulce desde sus oídos, como una fragancia antigua y llena de aprendizaje.
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-  "-Los amores nunca son como los planeamos porque justamente eso hacemos, planearlo! ¿Cómo se atreve el ser humano a planear, a inventar el amor? O peor! “Un amor que tal vez…” Imposible entenderlo".


Se hablaba con una sabiduría superior que excedía las noches de desesperados intentos por correr hacia la dirección que tanto ansiaba. Desde una forma, que suelen llamarle “místico”, el alma sale del cuerpo inevitablemente y los viajes astrales la llevan a donde quiere, en realidad, a donde debe. Aquel refugio poblado de diez dedos, dos brazos y la delicadeza de nuevas experiencias y un perfume mientras suena una canción, un bar y palabras. 

By: Micaela Nuné Halacyan
(el arte es un estado del alma)

Incierto

Quizá entre Marie y las circunstancias cotidianas había una serie de desencuentros secretamente tejidos entre fantasías y malezas que, de tanto en tanto, se pegan a la piel. Ahora lo mira todo de otra forma ¿O quizá esa forma de observar dure solo unos días cercanos y fugaces?
Ruega que no sea así, y claro. La pobre se pasea frente al espejo y cree descubrir en su joven cuerpo desnudo y frágil respuestas pasadas, o la aventura de una espera sentada en aquel árbol, se delata en un cuadro. Un recuerdo tan antiguo que de repente se sobresalta y se toca el pecho, la piel tibia, cree que esa imagen se ha convertido en tatuaje. Pero no. O quizá…

Tocan la puerta. 

By: Micaela Nuné Halacyan
(el arte es un estado del alma)

El cuadro

Se volvió loco por esa textura de intimidad porosa, que recorría la yema de los dedos y la excéntrica experiencia de acercarse lentamente al cuadro con forma rectangular y de tamaño exagerado para el espacio que ocupaba y mirar de cerca con detalle minucioso. Pero esos dedos, las falanges extenuadas ahí, en la tela, inmóvil, en algún otro lado las había contemplado, sentido y hasta admirado. Frunció el ceño, confuso.
Volviendo a su casa tropezó y cayó de rodillas al suelo, se sostuvo con las manos, medio tambaleante y adolorido se levantó y limpiándose el pantalón, ahora roto, y las manos, las contempló más atentamente y sintió que las conocía, que quizá un artista cualquiera, tal vez una apasionada, las observó un día e inmortalizó en algún cuadro de tamaño exagerado.


By: Micaela Nuné Halacyan
(el arte es un estado del alma)