viernes, 28 de mayo de 2010

Como si nunca hubiera existido.

A pesar de la gelidez de sus manos, me sen ti repentinamente acalorada. Su boca se acerco al hueco de la base de mi cuello. Sostuvo mi rostro con las manos y la oriento hacia arriba de modo que mi cuello quedara al alcance de su boca. Podía sentir la presión de su frió cuerpo marmóreo contra el mio. El corazón me latía con tal fuerza que apenas oí su amortiguada risa. La cabeza me daba vueltas y mi respiracion se volvía entrecortada y poco profunda.Estaba a punto de besarme, y cuando abrí los ojos para mirarle...no había nadie.

-Luna Nueva.

domingo, 23 de mayo de 2010

El Futuro.

Y se muy bien que no estarás.
No estarás en la calle en el murmullo que brota de la noche de los postes de alumbrado, ni en el gesto de elegir el menú, ni en la sonrisa que alivia los completos en los subtes ni en los libros prestados, ni en el hasta mañana.
No estarás en mis sueños, en el destino original de mis palabras, ni en una cifra telefónica estarás, o en el color de un par de guantes o una blusa.
Me enojaré amor mío sin que sea por ti, y compraré bombones pero no para ti, me pararé en la esquina a la que no vendrás y diré las cosas que sé decir y comeré las cosas que sé comer y soñaré los sueños que se sueñan.
Y se muy bien que no estarás ni aquí dentro de la cárcel donde te retengo, ni allí afuera en ese río de calles y de puentes. No estarás para nada, no serás mi recuerdo y cuando piense en ti pensaré un pensamiento que oscuramente trata de acordarse de ti... .

-Julio Cortazar.

Ya..pasado.

14/02/10
Era extrañamente interesante ver como ella pasaba este día. Tirada en la cama, con una torta de chocolate en mano, riéndose, y mirando comedias románticas.No abrió la ventana, porque le molestaba la luz. Ya había dormido demasiado, pero aun así, no quería luz.Y contemplaba las distintas historias de amor que se cruzaban en un libreto, en su televisión, y las comparaba su corazón.Le pareció extrañamente interesante, pasar este día así. Pero que tan extraño e interesante tenía ese día. Para ella. Hoy en día. Nada. Mucho menos que nada. Era un día más. Romántico y gracioso. Se paseaban los besos y los amores, los corazones rotos y las miradas esperanzadas en los libretos, en su televisión...y las comparaba su corazón.Pero solo ahí ocurría. En esas historias, en esas películas de amor.

-Mica,ela

sábado, 22 de mayo de 2010

Belleza escondida

La muchacha de ojos café oscuro se encontraba sentada es su banco apoyada sobre la mesa que tenía en frente. Estaba en un local de comidas rápidas, aliviada de terminar su resumen de química. Guardó las carpetas en la mochila y subió mas el volumen de su aparatito electrónico. Comenzó a mirar por la gran ventana que estaba a su izquierda. Divisó todos esos autos caros que pasaban por la zona. Todas esas mujeres a la moda, cruzando la calle con sus botas negras, sus carteras importadas, sus anteojos deslumbrantes y su delicadeza al caminar. Vio aquellos hombres duros y serios que paraban a los taxis, mirando a cada bella dama que pasaba por su lado. Y ella comenzó a pensar: nada nuevo allá abajo, lo mismo de siempre. Se inclinó hacia atrás en su asiento y cruzó los brazos. Entonces sus ojos alcanzaron mirar el cielo azul que se plasmaba en ese día tan hermoso; bajo solo un poco más la vista y vio un edificio bellísimo. Tan bien construido, de ladrillos rojos y ventanas abiertas en las cuales se podía ver su interior. Cortinas rosas, cortinas blancas, aires acondicionados. Y se puso a pensar: pocas veces se ve brillar con tanta intensidad la ciudad de Buenos Aires. Y cuando lo hace, cuando nos muestra su belleza escondida...Quién la busca?, Quién la ve?. Quién la siente? Si a cada rato suenan bocinas, gritos, la gente corre para todos lados. Todos se agitan y tienen sus mentes a mil solamente en lo de deben hacer y pocas veces se toman cinco minutos para ellos, ¿Cómo es posible parar en medio de la calle y admirar la verdadera belleza que se nos escapa de las manos?
Ella suspiró y parpadeó. Dejó de mirar por la gran ventana luminosa y sus ojos empezaron a recorrer el interior del local donde se encontraba. Sus ojos alcanzaron ver una mujer dos mesas adelante de ella mirando por la ventana con sus auriculares y cara pensativa. Al costado de su mesa, un hombre de espalda a la joven leyendo el diario, llevaba el cabello negro bien peinado para atrás y un suéter gris oscuro. Y de repente, divisó una pareja en la esquina de aquella habitación. Felices por tenerse el uno al otro, abrazados, mirándose fijamente y hablando entre risas. La joven llevaba un saquito verde y él un buzo verde mate y del cuello se podía ver su camisa acuadrillé azul y blanca. Simples y únicos, allá en la esquina de la habitación y enamorados. Sin darse cuanta que le estaban dando el mejor final a las bellezas escondidas de la vida. La muchacha en el asiento con la ventana grande y luminosa a su izquierda los miró y sonrió. 

Micaela