jueves, 23 de febrero de 2012

No hables.


No mantengas tu silencio  en el rascate oculto. 

Es oculto si, lo rescatas solo vos. Porque tu silencio es tan tuyo como mio. Sin piedad mantienes distancias todavía.
Rescate de tu silencio y mis verdaderas y atropelladas palabras, no hacen mas que acariciarte suavemente la nuca mientras intento escapar. Pero como te gusta, cerras los ojos y me pedís que me quede otro rato más. 

By: Micaela

jueves, 16 de febrero de 2012

Diario de la lejana (3)

De un día para el otro pueden cambiar las fichas del tablero. En un instante, es posible lograr despejar todo tipo de dudas. Esta todo ahí, sobre la mesa. Porque así debe ser.


Intentando comprender. 
Pensaba eso la jovencia, inquieta. Y como y porque y por cuanto y por donde? 
Y digo yo, porque no te callas un ratito y escuchas.
La mesa estaba ocupada, era ella y delante una dama tan distinguida. Se reencontraron, luego de un tiempo, varios años, algunas vidas pasadas.


-Nadie te entenderá, no ellos, no comprenderían tu fragilidad. Tu gracia, tu sentido del romance. No importa cuan dulce seas, solo quedaran segados por lo agradable y bella que eres. Pero la verdadera comprensión almica, no estará en esos muchachos.
-Y... él?
-En él si encontraras, todo lo que buscabas, y a su vez él encontrara en vos, todo lo que buscaba y desea. Claro, almas gemelas. Por que no.


A veces duele cuando el corazón late tan rápido. Porque el golpeteo de la emoción hace que uno sienta que ese órgano tan necesario se descontrole, golpea fuerte fuerte contra el pecho de la joven. Y las lagrimas de felicidad recorren su rostro y se detienen en las comisuras de sus labios dando por hecho que el salado mar es parte también de su ser.

By: Micaela


Diario de la lejana (2)

Ruega que no prevalezcan tus silencios -confesó- porque de ser así estaria perdida. 
Quien? -Eso se preguntaba él.


Hay un mundo escondido tras tus huellas. Si pones un pedazito de ti, ya desparramas mil flores. Le sucede a ella, se queda sin respiración. La azotan las mariposas, pero se esfuman rapidito. Como quien no quiere fantasías. 
Pero es absurdo, de eso se tiñen sus emociones. Y de sueños, también de aquellos trepa nubes. 
Hay días que no le basta, y saber que "eso" lo debe superar sola, a veces, por las noches, cuesta.
Seria más fácil si la abrazaras y te dejaras de monerías absurdas. Mírala, pobre infeliz. No crees que los años son suficientes?. 
Sin contar los de otro cuerpo.
Va contra la corriente, y se da la cabeza contra la pared, una y otra y otra vez. Si es verdad, a veces siente que no aprendió nada. Y...me parece, no? a cualquiera no le late el corazón rápido, ni se atraganta con comida así porque si.
Deja ya esas tonterías! Que más da!
Aparece de una vez y regalale a su alma pétalos! para dejar el karma de lado. Ándale ya! que te cuesta?

Por las oscuras tinieblas que pueblan la noche, a veces todo es luz si te sueña. Pero no te sueña. Te imagina, por eso sonríe. 
Suele cerrar los ojos con fuerza, y con todas sus ganas trata de ver tus pies andando por calles que ella camina. Pero esta distraída. Lo sabe. La mayor parte del tiempo la azotan pensamientos tan tan absurdos.
Por eso se mufa, y se fastidia. Luego vuelve saltando, porque la nada misma le ha hecho caricias y besado la nuca con solemnidad.

Pero no creas que todo esto es verdad. Tómalo como la realidad misma porque así es.
Sera que no estoy preparada todavía? 

By: Micaela

martes, 14 de febrero de 2012

Diario de la lejana (1)

Y que suenen las campanas.

Ir caminando, por caminos paralelos. Sin cruzarnos. Mirando las mismas cosas, pero de diferentes perspectivas. Sintiendo similar, y viviendo experiencias paralelas.
Parecidas, pero no iguales. No juntos.
Las cosas que suceden tiene un "por que", todo es "causalidad". Las personas usan mal el término de "casualidad". Esta última no existe, a menos que uno quiera creerlo, y lo deje todo como esfumado en el aire.
Pero nosotros, caminamos por un parque y observamos el mismo árbol pero de diferentes lados. La música seguirá produciendo éxtasis, pero sus melodías cambiarán. Seguiremos pasándonos la lengua por los labios. El aire sera igual de fresco, pero moverá diferente nuestros cabellos. Los días pasaran, en fin, no serán los mismos que el anterior. 
Me sentare una tarde en un banco del parque, y observare como bailan las hojas, como el cielo se tiñe más celeste y como las nubes me regalan poesías con sus formas y mi imaginación. Me sentaré en la punta derecha del banco, no como acostumbro, en el medio. No ese día. Tu veras lo acogedor que resulta de repente ese sitio, esa persona. Te sentarás y observarás lo que observo, pero ya no separados ni por caminos paralelos. Nuestros ojos podrán apreciar el mismo haz de luz que el otro. 
En un momento nos miraremos, sonreiremos sonrojandonos. Lo sabremos ahí, aceptando la verdad para nuestros adentros sabiendo que a partir de ese instante caminaremos el mismo caminos y nos diremos: Si, estuve tan distraído/a.
By: Micaela

jueves, 2 de febrero de 2012

Nuevo


Descubrí algo en el viaje. Cuatro días, ver el mar y sentir las olas que chocaban contra todo mi cuerpo. Sentir la arena permanente bajo mis pies. Descubrí maravillas en cuatro días.
Relataba mi mente, sin que yo me enterara exactamente. La otra, que me miraba de cerca, me relataba y yo a penas respiraba observando el horizonte. Teniendo en cuenta cada bello detalle, cada partícula de agua, de mar, de gotas. De todo.
En fin. Relataba mi mente mil sentimientos que me tomaban en el instante en que respiraba el aire de playa, de absoluta (y casi insultante) relajación.

El primer día allí, con mi compañera, festejábamos. El mar mismo, como se lo conoce, nunca estuvo tan hermoso. Nos abrazaba, nos tiraba, nos acariciaba y nos quitaba de encima todo peso extra que agobiara. Las horas corrían, y nosotras sentíamos que el tiempo se detenía en cada ola que nos miraba de frente y rompía a nuestra cintura.
La lejana me miraba y sonreía, lo hacia con ganas. Mi amiga también. Y yo que más decirle al Universo que: namaste. En el exacto instante en que salimos, y la arena seca nos inundo hice fama de mi felicidad diciendo lo maravilloso y agitado que éste estaba, el que nos invito a bailar. Le dije a mi compañera lo que sentía, era la perfecta despedida de todo lo que habíamos transcurrido. Pero ella fue más rápida, más lista. Lo sintió diferente, y a mi me gusto.
Ella me miro y me confeso: lo siento más como la bienvenida a todo lo nuevo, a todo el cambio que ahora vamos a emprender. El nuevo camino.

Aplausos. El mar nos acercaba a lo nuevo.
Y aquel cambio lo estuve esperando tanto, como mi amiga, y la lejana que me observaba de cerca.
By: Micaela

Cuenta cuentos

Es preferible entender el "porque". No se, tal vez me rebele contra tu espejo que no es ni deja de ser. Y resulta difícil (a veces creo no a ver aprendido la lección).


Las aguas se hundían, todo era mar adentro. Aves que volaban cerca y a penas se mojaban luego que las olas rompían con furia sobre otras. 
Había veces que Julieta estaba cansada, entonces entornaba los ojos y miraba hacia el cielo. Cansada, suspiraba. Era un sin fin de melodramas lógicos, poseer tanto y compartirlo con todos pero que siempre le falte una persona mas.
A veces Julieta se sentaba en la ventana de su habitación, y observaba la noche como alguien ausente, como un silencio eterno y las estrellitas lejanas ni la tocaban. Entonces ella creía que eran mil velas que para no lastimarla con su calor, se alejaban. 
Si soplaba el viento, sentía que en cualquier momento apreceria, pero era la mente la que le jugaba un juego sucio. Tipicamente humano. Entonces se aburría, y a la vez la sumergía karmaticamante. 
Un día Julieta ya no supo que hacer, tenia tantas cartas, tantas canciones. Tenia besos en el cajón de arriba. Abrazos y lagrimas en el de abajo. Si, Julieta tenia la perfecta imperfección del amor guardada en sus puños para soplarlas al viento en el momento indicado.
Pero no, nada había sucedido. Leía y releía (que había hecho mal?). 


Una tarde Julieta se tiro en paracaídas, pero se le rompió la soga que la sostenía. No se exactamente donde cayo. Dicen que los brazos de un joven la sujetaron. Pero todavía no.
No era.

By: Micaela