sábado, 20 de noviembre de 2010

Little by little;

Si tan solo pudiera tener una fracción de segundo del tiempo que brinda la luz de la eternidad, tal vez, la espera se me haría infinita.
Miras el castillo desde afuera con cara de pensativo, miras el corazón encerrado, tendido en la cama, está dormido. Espera ser despertado.
La profecía de tu silueta marcada en una taza puede que poco a poco se este cumpliendo.
Tu mente esta en blanco, no sabes para donde ir, te falta un poco más, y llegaras. Y a mi, se me vienen los finales, y tendré una eternidad de libertad si así sucede, si logro todo todo aprobar.
Mire ciega mas allá de los sueños, y encontré secretos ocultos que me revelaron la verdadera esencia de lo que me querías mostrar, de todo lo que me querías demostrar en realidad.


No encuentro más palabras esta noche para decir lo interminable.
Simplemente te quiero, y tengo mucho para hacer todavía.
Pero cada día, falta menos.

Falta menos.


-M♪ca,ela.

Porcelain.

Qué hermoso era saber que estabas ahí como un remanso, solo conmigo al borde de la noche, y que durabas, eras más que el tiempo.
Que bello fue recordar todos aquellos momentos, sin que el agua toque su punta más infinita de la última gota que cae del universo, ese nos observa envidioso sabiendo todo lo que pasamos y todo lo que no sabemos del otro.
Las manos del aire se vuelven de porcelana y frías te agarran y así te llevan y te alejan un poco de mis dedos tibios que quieren agarrarte y no soltarte jamás.
Dejamos que las noches pasaran, y las ausencias se hicieran presentes, y así me recordabas de vez en cuando, cuando yo era ese pétalo que se deshojaba solo en tu cuarto queriéndote abrazar y no llegaba. Y vos era la música escrita, y ahora sos las melodías que inundan esta habitación de Paris que esta ansiosa por mostrarte todo su mundo y sus objetos mas preciados, ansiosa por darte sobres llenos de palabras y música de fondo que sintoniza el alma misma que nos une en el espacio en el que tu mano me acaricia y por fin me tiene en ellas, no queriéndome soltar jamás.
Y entonces, cuando creo que ya todo esta dicho y hecho me miras, de cerca me miras, cada vez más de cerca y entonces jugamos al cíclope, nos miramos cada vez más de cerca, y nuestros ojos se agrandan y las manos se entrelazan, y las almas vuelven a encontrarse, luego de morir en otra vida y reencarnar en esta.
Como dos almas, que siempre se buscaron para encontrarse de nuevo. Porque desde siempre andábamos sin buscarnos pero andábamos para encontrarnos.


-M♪ca,ela.