domingo, 14 de noviembre de 2010

Tercera carta: encontrarte... en algún lugar.

Querida complicidad: Sabes?, hay un universo de pequeñas cosas, que solo se despertarían si tu las nombras, con esa devoción y esa caricia al hablar, tan tuyo, tan tan tuyo.Yo no quisiera adelantarme, pero es que tengo tanto para decirte. Oh, si supieras. Pero hay uno que nos mira de arriba que todavía no tomo una decisión, JA!, dios mío, espero que sea una decisión maravillosa y no tarde, así te tengo, un tantito mas rápido, aquí en mis bracitos. Si, me lo han dicho: mis ojitos me delatan. Pero tampoco me esfuerzo mucho por dejarlo bajo la mirada inocente, el no saber, y esas cosas que se dicen cuando se tiene a alguien tan importante y nuevo en frente. Escribiré una carta, con un deseo, y la guardare, si se cumple la quemare luego. Veremos que pasa. Sabes cual es? No! Ja! No te lo diré. Si yo te juro vida mía que puedo hacer de este universo para ti uno bien, y tu me juras vida mía, tu y yo y el cielo, el cielo aquel! ya no me quedará nada más por decir nada más para pedir, y te envolveré en mis casi alas blancas de algodón, y cuidare las rosas como se deben cuidar, cuidare los sabores y los gestos, los amargos los oscuros, lo momentos y el mar entero que se debe resumir en tu boca. Adiós, adiós una vez más, silencio inoportuno, risa de la noche, misterio sin lupa, remo sin compañero.

Me despido, tú dulce impaciente y de vez en cuando conciente: Michelle

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[Gracias por dejarme una caricia al alma]