lunes, 17 de octubre de 2011

Vitalidad del ser


Te confesare fiel lector, estoy aquí  en un momento integro de paz y bienestar propio. El bar en el que me encuentro es uno de mis favoritos, mi croissant de jamón y queso sacia mi hambre de una manera gloriosa, casi te diría es el mejor manjar del mundo (además de que me encanta) y mi latte tiene la temperatura justa de caliente como para que todos mis sentidos gustativos se deleiten ante él.
El lugar en el que me encuentro se mantiene en color sepia, casi te diría que las luces tienen un tono tan pacífico y seductor que todo parece estar en sepia, y me siento a gusto en el sillón que me brinda su espacio para que me recline cómodamente.
La música cosquillea mis orejas,  me hace sentir única en el mundo, como si mi camino de verdadera inclusión en el arte comenzara cada vez que me regalo estos momentos de placer y satisfacción propia. Más un lunes, un comienzo de semana excelente, acotando que hable con gente que extrañaba y adoro con mi corazón tanto el día de ayer como los anteriores, y mañana voy al teatro, debo decir que mi vida se torna fantástica. Y esto no siempre ha sido así… en realidad no tiene porque serlo siempre. De toda lágrima aprendí una sonrisa.
Pero en fin, siguiendo con mi relato, la música tiene un xilofón constante en su melodía que me hace entrecerrar los ojos y echar mi cabeza hacia atrás, adorando al universo mismo y agradeciéndole a Dios por darme la oportunidad de darme regalos tan sencillos pero a la vez con tanto placer como este.
Y ahora de fondo, hay música francesa. Oh! se me regocija el alma de amor al universo. (♥)

By: Micameli

1 comentario:

[Gracias por dejarme una caricia al alma]