jueves, 5 de enero de 2012

Tercera persona.

No nos dimos cuenta en su momento. Pero era real. Tan real como cualquier palabra mentirosa...como esas lineas verdaderas.
Nuestro romance fue de esos que se suspiran a orillas del mar y nadie lo percibe. Tal vez un niño desde un auto, y nos ve de repente, por vernos y nada mas.
Nadie lo percibía, tal vez a penas nosotros, que nos rozábamos la punta de los dedos de la manos y nunca las entrelazamos. Que respirábamos nuestros aromas y nos inundábamos de colores mientras entrecerrábamos los ojos. A penas. Nos delatábamos cuando uno sorprendía al otro mirándolo.
Después una brisa que te golpeo la nuca y viste la verdad. La realidad no suele ser tan bella. Y así fue como el karma nos tomo de la manos nuevamente, y caminamos por cenaderos ya pasados. Nos dimos las besos en el aire, una noche entre lagrimas y separados.
Así de apasionado fue nuestro amor. No nos hizo falta tocarnos, a penas nos respiramos, y alguna que otra vez nos escuchamos. Fue así de perfectamente incorrecto.
Porque no nos hacia falta bebernos la sangre del otro, ni besarnos nuestros cuellos, ni sentir las palabras al oído. Nosotros, ya lo hacíamos. Así, separados.
Pero me encantaba tu amor, que no era ni me quitaba. Porque por las noches me abrazabas, me besabas y me adorabas igual. Y yo me dejaba, porque soñar con vos, era dormirme en tus brazos invisibles y sentir que una y otra vez...mi alma una vez, te perteneció.


Sin embargo, y no recuerdo la época exacta, es posible que vos si y no quieras recordarlo, el alma que me pertenecía me tomo de la mano. Solo con mirarme.
Y así fue, como sin esfuerzos me despedí de vos con un ademan teatral, y un mensaje de papel confiándote: "Nuestro tiempo fue nuestro, pero ahora ya es del tiempo".

By: Micaela

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[Gracias por dejarme una caricia al alma]