jueves, 2 de febrero de 2012

Cuenta cuentos

Es preferible entender el "porque". No se, tal vez me rebele contra tu espejo que no es ni deja de ser. Y resulta difícil (a veces creo no a ver aprendido la lección).


Las aguas se hundían, todo era mar adentro. Aves que volaban cerca y a penas se mojaban luego que las olas rompían con furia sobre otras. 
Había veces que Julieta estaba cansada, entonces entornaba los ojos y miraba hacia el cielo. Cansada, suspiraba. Era un sin fin de melodramas lógicos, poseer tanto y compartirlo con todos pero que siempre le falte una persona mas.
A veces Julieta se sentaba en la ventana de su habitación, y observaba la noche como alguien ausente, como un silencio eterno y las estrellitas lejanas ni la tocaban. Entonces ella creía que eran mil velas que para no lastimarla con su calor, se alejaban. 
Si soplaba el viento, sentía que en cualquier momento apreceria, pero era la mente la que le jugaba un juego sucio. Tipicamente humano. Entonces se aburría, y a la vez la sumergía karmaticamante. 
Un día Julieta ya no supo que hacer, tenia tantas cartas, tantas canciones. Tenia besos en el cajón de arriba. Abrazos y lagrimas en el de abajo. Si, Julieta tenia la perfecta imperfección del amor guardada en sus puños para soplarlas al viento en el momento indicado.
Pero no, nada había sucedido. Leía y releía (que había hecho mal?). 


Una tarde Julieta se tiro en paracaídas, pero se le rompió la soga que la sostenía. No se exactamente donde cayo. Dicen que los brazos de un joven la sujetaron. Pero todavía no.
No era.

By: Micaela

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