El universo no sospechara. Los pensamientos van a fluir, sin que ninguna
energía entre allí.
Imposible, pero vale aclararlo. Me condiciona. Y sin embargo...
La lejana tomo ventaja del asunto, mantuvo firme la vista sin quitármela
de encima. Me estudiaba, creo que ella lo supo antes de percatarme de su saber.
La note tensa, y finalmente lo confesó.
Pequeños cristales húmedos descendieron por sus mejillas aterciopeladas.
No sabia que hacer, cuando me atreví a suspirar resignada ella seco un cristal
de su rostro y mascullo entre dientes: te prohíbo que suspires, me ha costado
caro cada viento que liberas de tu cuerpo.
El sol seguía contagiándome renovación, y ella liberando cristales húmedos
de sus ojos.
-Confía en mí.
La lejana me abrazó desesperada, me invito a caminar y nos tumbamos en
el pasto. Yo la miraba como agradeciéndole y ella pidiéndome disculpas. O fue
al revés?
Me confeso tanto que casi estalla por tanta cantidad de palabras exhibidas
en el aire mismo que nos rodeaba. Los arboles fluían, bailaban, las hojas me
acariciaban al caer. La lejana estaba abrumada, se levantó y antes de guardarse
en mi le dije: sé que no es fácil, gracias por ser mi alma, desde siempre.
By: Micaela.Halacyan
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[Gracias por dejarme una caricia al alma]