jueves, 28 de agosto de 2014

Del otro lado

Marie buscaba entre las pocas personas que estaban a su alrededor. Se despedía, saludaba, hablaba con contenido aburrido. Buscaba. Se acomodó el abrigo, hacía frío esa noche. Las estrellas invitaban a tanto. Bullicio y risas a su alrededor. Marie permanecía en silencio y esperando para irse a su casa, otra vez, sus manos vacías, el corazón tan lleno de poesía.
Todo se detuvo, fue un segundo eterno. Las risas y habladurías callaron por fin, ya no era más de noche, las estrellas se habían escondido vaya a saber dónde. A Marie todo eso no le importaba, sus ojos habían encontrado la silueta tan ansiada. Del otro lado de la vereda, con su saco negro largo, desabotonado. La silueta esbelta y oscura, ya que el atuendo lo era y la noche acompañaba su luz y elegancia. Ella logró percibir, y ni siquiera, una respiración acelerada, un corazón agitado y desesperado por correr, cruzar la calle, dejarlo todo, sucumbir en sus brazos y que la reconociera. Marie no movió un musculo, no pestaño, no habló. Hipnotizada mirando la elegante silueta que se movía justo frente suyo, sin voltear la cara, del otro lado, caminar, subir las escaleras de la Iglesia. Comprendió el evento al que concurría. Ella no había sido invitada por simples razones de no conocer a quienes iban. Pero si, a la silueta negra y estilizada que subía, solo, por el medio de las marmoladas escaleras.
Cuando desapareció de su vista, todo volvió a su lugar como si nada hubiese ocurrido. Las risas, las palabras, el frío, las estrellas seguían ahí, su abrigo, sus manos vacías, su corazón lleno de poesía. Parpadeó. Aún respiraba. Pero algo había cambiado. Quizá las ganas de ser invitada, de estar del otro lado de la vereda, de tener la oportunidad de correr tomar su mano y subir juntos las escaleras.
Marie entró en su auto y volvió a casa. Sintiendo la desesperada sensación de que debía estar en otro sitio. Pero no era el momento. Aún no.

Aún. 

By: Micaela Nuné Halacyan
(el arte es un estado del alma)

No hay comentarios:

Publicar un comentario

[Gracias por dejarme una caricia al alma]