sábado, 18 de octubre de 2014

Ojos mil

Cuando no ataca el sueño y se le da por escribir, los rumbos del corazón caminan por pasadizos secretos, tan desconocidos como la comprensión del propio ser, sus razones y pasiones contradictorias. Quizá, tan humano. Y las penumbras son iluminadas vagamente por montañas rusas de momentos, ínfimos instantes, de una caricia tan cercana y sin la física presencia del otro. Algunas tardes, si se observa el cielo y las nubes muestran finalmente su forma celestial, quizá, quizá, encontremos una forma mejor de sentir, la verdadera, el mágico don de fluir llama a la humanidad a sentir, a flotar, a no ahogarnos en un vaso de agua.
Las miradas, sin embargo, siguen gritando lo que el corazón calla.
¿Y si el corazón habla cuando no ataca el sueño y se da por escribir? Quizá.

No importa, mientras caemos nuevamente a la tierra, hay música. Y ángeles. 

By: Micaela Nuné Halacyan
(el arte es un estado del alma)

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[Gracias por dejarme una caricia al alma]