El hombre logra en sueños lo que no logro despierto: seducir a una mujer carnal, perfumada y esquiva.
Lo despierta un golpe en las costillas: la esposa, que duerme con él, le ha hundido el codo en el costado.
Ha soñado que el marido se a dejado seducir por una mujer carnal, perfumada y esquiva, a quien ella no conoce.
Antonio di Benedetto.
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