lunes, 20 de junio de 2011

Palabrerías sueltas.

Si, lo admito. De vez en cuando me pesa el pecho mismo. El alma. Siento que me pesa, y quiere salir de mi. Admito que cuando menos me lo espero, detesto malumorarme(? por cualquier tontería y luego arrepentirme de lo estúpido que se me debe ver el ceño fruncido, los labios duros y cortajeados(? y la espalda tensa.
Y admito que a veces no se si es pura femineidad, si es lo terreno, lo humano mismo, la adolescencia, el cambio de etapas, o verme parada con todo y sin más ni menos, me pesa el alma.
A veces se cuelgan de mi ropa sustancias enojosas, o suciedades de las malas palabras. A veces soy más susceptible que otros días. A veces soy mas humana de lo que creo.
Lo humano suele pesar. Pesa el cuerpo. Pesa el alma.
A veces quiero dormir y hacer mil cosas a la vez.
Si, lo admito. Escribir es una terapia.

M♪camelí.

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[Gracias por dejarme una caricia al alma]