viernes, 19 de agosto de 2011

Realidad virtual.


Yo aquí sostengo un espejo y creo que sos vos... y entonces me miro pensando que soy vos y vos sos yo. Y en el instante en que nos miramos por detrás de una lamina que esta pegada a un vidrio y por ende eso conforma al reflejo virtual creo poder ver el universo entero de tu alma viajera en la mía que compartimos mientras por rutas separas nos encontramos.
Yo aquí sostengo un espejo y creo que soy yo… pero a la vez me ves y me sonreís desde tu lado del vidrio con la lamina pegada en él y por ende nos reflejamos desde el ser que nos conforma y nos sonreímos como si estuviéramos enamorados y ni siquiera nos conocemos, jamás nos vimos los rostros empapados de lágrimas ni una lluvia tupida por las mejillas que nos delatan en el cortante instante en que la puerta se cierra detrás de nosotros creyéndonos dueños de la habitación que nunca compartimos.
Por eso sostengo el espejo y nos miro a los dos y vos nos miras desde donde estés, donde quieras estar. Quiero que me mires desde tu espejo de lámina y vidrio, desde tu alma y tu muestra de afecto corriente y fuera de lo común. Del príncipe de sueños, pero no me guiñes un ojos.
A veces se desnuda la ciudad delante nuestro y la tapamos, así no sueña tan desnuda, y nosotros la seguimos desde nuestros retrovisores sosteniendo el espejo delante nuestro mientras nos miramos y procuramos que nadie nos este siguiendo.
No vaya a ser que alguien descubra el verdadero amor. No vaya a ser que los celos despierten la oscuridad de la ciudad. No vaya a ser que los espejos que sostenemos seamos nosotros mismos en otras dimensiones abrazándonos y todavía ni llegamos a rozarnos.
Entonces lo comprenderé más adelante, cuando te mire a los ojos sin espejo ni retrovisores, ni lámina, ni vidrio. Entenderé que para mirarte como quiero debo cerrar los ojos y abrir los de mi alma.

By: Micaela

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[Gracias por dejarme una caricia al alma]