Incluso
antes de que pueda darse cuenta, la soledad poética abraza sigilosamente su corazón
físico, mientras todo permanece en su sitio, ella se acuesta boca arriba en la
cama con ambas manos sobre el pecho, como esperando la pacifica sensación de
que aquel estado no es el más grato pero si necesario, repentinamente, para la poesía
que era su vida.
By: Nuné Halacyan
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[Gracias por dejarme una caricia al alma]