lunes, 19 de agosto de 2013

Jugar al cíclope (3)

Acaso hay un solo motor impulsor, que nos indica el camino, nos mueve cielo y tierra. Puede que no conozcamos el rostro de aquella presencia y sin embargo nos asombra una luz naciente.
Suele suceder, si Buenos Aires se tiñe de matices, creo ver sus ojos en algún reflejo del atardecer, allí donde se esconden los secretos clandestinos y públicos de amores correspondidos.
Y a priori a nuestra naturaleza, jugamos al cíclope una vez más, y nos rozamos las narices frías porque el invierno nos abriga debajo de historias y recuerdos que creemos lejanos y se nos hacen carne cuando sucede déja vu.

El alma que escribe estas líneas, es impulsada casi de forma romántica por una mano delatora de sentimientos y ojos que guardan secretos y caramelos.
Hay un susurro en Lyon, llega hasta mis oídos, llega a Buenos Aires…no puedo comprender tus palabras.


Hay un susurro que siento cada noche…pero no puedo leer entre líneas. 
By: Nuné
(el arte es un estado del alma)

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[Gracias por dejarme una caricia al alma]